Disputa por la sucesión de Correa

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El mandatario que protagonizó la Revolución Ciudadana no será candidato en febrero. Su delfín, Lenin Moreno, marcha al frente de las encuestas mientras la economía espera la recuperación del precio del petróleo. Acuerdo con la UE en la balanza.


Campaña. El postulante oficialista en un acto junto al líder ecuatoriano y su compañero de fórmula, Jorge Glas. (Cevallos / AFP / Dachary)

 

América Latina vive tiempos difíciles, enfrenta una fuerte arremetida contra su rumbo de justicia, equidad y libertad». El presidente de Ecuador, Rafael Correa, brindaba así un diagnóstico sobre la región que podía aplicarse también al futuro de su gobierno de cara a las elecciones de febrero. El dos veces jefe de Estado no puede ser reelecto; su ausencia siembra dudas sobre la performance de quien aspira a sucederlo por su mismo espacio político, el exvicepresidente Lenin Moreno. El  19 de febrero no solo se elegirá un nuevo primer mandatario, también habrá un plebiscito que busca impugnar presentaciones de candidatos que tengan cuentas o bienes en paraísos fiscales. La difícil coyuntura económica jugará un papel decisivo en las urnas y en medio de la campaña el gobierno rubricó con la Unión Europea (UE) el tratado de libre comercio que comenzó a discutirse, con vaivenes, nueve años antes.
Todas las encuestas ubican primero a Moreno, pero ninguna lo posiciona por encima del 40%, el índice con el que evitaría la segunda vuelta. «Los ciudadanos ecuatorianos son ahora más exigentes, debemos escuchar sus voces y ser autocríticos para atender los retos que aún tenemos por delante», expresó el candidato oficialista. Y agregó: «Debemos hacer un gran acuerdo nacional, sumar todas las voluntades para erradicar la pobreza, la desigualdad y la exclusión».

 

Optimismo oficial
El gobierno reconoce que los números de las cuentas públicas no se muestran amigables. El PBI cerró el año con una retracción que orilla el 1,7%, aunque el precio del petróleo, en baja durante 2016, puede dar un respiro en el próximo año. Costaba 42,2 dólares por barril en 2015, bajó a 35 hace unos meses con lo que la reducción de ingresos por producción de crudo elevó el déficit fiscal al 5%. La devaluación de las monedas de los países vecinos agravó el panorama de una economía dolarizada desde hace tres lustros.
Correa, economista de profesión, confía sin embargo en que el 2017 será venturoso de la mano de un rebote en el precio del crudo –a raíz de acuerdos de los países productores– y de mayores exportaciones de energía hidroeléctrica. Habrá que ver si el electorado comparte su optimismo. El primer mandatario insiste en que Moreno ganará en primera vuelta pero expresó que «si llegamos a perder, hay que saber que los procesos siguen, porque no son lineales».

 


Apoyo. Correa mentiene un fuerte nivel de aprobación, pero no va a la reelección. (Cevallos / AFP / Dachary)

 

La mejora en los indicadores sociales y económicos de Ecuador, confirmada por organismos internacionales de todo tipo e ideología, se enfrenta a su revisión más severa. La Revolución Ciudadana, que encabezó y bautizó Correa, se había puesto a andar en 2006. El candidato tenía entonces 43 años y sorprendía al país con su victoria en segunda vuelta, con el 56% de los sufragios. Dos referendos (sobre la reforma constitucional en 2008, sobre reformas en la Justicia y regulación a la prensa en 2011) lo mostraron triunfador. La reelección del 2012 confirmó su popularidad.
Dos años después, las primeras señales de alarma llegaron con derrotas en bastiones del oficialismo, como Quito y Cuenca. En los últimos tiempos crecieron las manifestaciones de rechazo a la figura presidencial. Pese a todo, hasta los más férreos críticos de Correa aceptan que el piso electoral de AP está sobre la línea de los 30 puntos.

 

Plebiscito clave
Quienes disputan la carrera hacia la jefatura de Estado con Lenin Moreno son Guillermo Lasso (Movimiento Creando Oportunidades) y Cynthia Viteri (Partido Social Cristiano). Lasso parece respetar el libreto de todos quienes se oponen a los gobiernos populares en la región. Sus discursos prometen baja inmediata de impuestos y la creación de un millón de empleos en cuatro años. También asegura que no habrá despidos masivos. Viteri, en tanto, anuncia que, si es elegido, reducirá el gasto público «improductivo», elevará «responsablemente» los salarios y garantizará la autonomía del Banco Central.
Ambos candidatos se oponen al plebiscito que el mismo 19 de febrero se realizará con la siguiente pregunta: « ¿Está usted de acuerdo en que para participar en una elección popular o para ser servidor público se establezca como prohibición tener bienes o capitales de cualquier naturaleza en paraísos fiscales?». Para Correa, se trata de una medida que busca la transparencia en las candidaturas. Darían un plazo de un año para que los potenciales competidores o funcionarios arreglen sus números. La oposición cree que la consulta es signo de la debilidad electoral de AP. «Usan el plebiscito para traccionar votos», acusan.
2017, en tanto, ya puso en las primeras planas otra noticia de peso: tiene plena vigencia el acuerdo comercial entre Ecuador y la UE. Con la firma del tratado, el 99,7% de las exportaciones locales podrán ingresar al Viejo Mundo sin carga tributaria. Según el oficialismo, de no haberse concretado el convenio el país habría tenido que pagar 400 millones de dólares al año en aranceles. Colombia y Perú ya habían suscrito idénticos acuerdos en 2013. Ecuador –con Bolivia– había abandonado las negociaciones en 2009.
Como en los próximos comicios, la economía vuelve a imponer sus condiciones.