El día más oscuro

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Justo en la mitad de diciembre, al mediodía, la Patagonia se oscureció. Fueron dos minutos de una luz tenue, extraña, producida por uno de los fenómenos astronómicos que más interés despierta en los seres humanos: un eclipse total de sol. Y no es solo interés el que despierta, sino que genera un estado de euforia muy particular y cambios de hábitos en animales y plantas. Pocas veces se da, se dio o se dará un acontecimiento de esta magnitud astronómica en una misma región con tan poca diferencia temporal. El eclipse del pasado 14 de diciembre llegó tan solo un año y medio después del que se pudo ver también en Argentina y Chile en 2019. La diferencia es que el año anterior pudo observarse al atardecer en la zona central de ambos países, y este año fue al mediodía en una franja que cubrió desde el Océano Pacífico, atravesando Neuquén y Río Negro, desde Piedra del Águila, en tierra neuquina y donde mejor se pudo observar, atravesando pequeñas localidades cordilleranas en el centro la provincia, la estepa rionegrina hasta Las Grutas en la costa atlántica, para fundirse en el mar.