4 de diciembre de 2017
«Si se hubiera entregado, estaría vivo», sostuvo absurdamente el subalférez Emmanuel Echazú, único gendarme imputado por el crimen de de Santiago Maldonado durante la represión que realizó la fuerza en la comunidad mapuche de Cushamen. Así, Echazú pretendió despegar de los hechos al decirle al diario Clarín: «Si lo hubiéramos visto ahogándose –a Santiago Maldonado–, lo habríamos auxiliado. Si se hubiera entregado, lo habríamos aprehendido y puesto a disposición de la Justicia. Estaría vivo». Echazú recibió un piedrazo en el rostro y figura en el registro fotográfico de la represión a la Pu Lof de Cushamen con heridas en la cara, aunque todavía se desconoce si se las hizo en el corte de ruta o en el interior de la comunidad. «No me hubiera tomado revancha, eso es una locura», dijo sobre las heridas y señaló: «Tengo una herida en el pómulo, el resto que se ve es sangre y Pervinox que me puso el enfermero». Sin embargo, Echazú nada dijo acerca de los testigos que vieron como Santiago era subido a un vehículo de esa fuerza ni se refirió a la lluvia de balas disparadas contra el pequeño grupo de manifestantes entre los que se hallaban el joven asesinado.
