El ministro y el desierto

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Bullrich. «Una nueva Campaña del Desierto». (gentileza AM 740)

 

Se inauguraba el Hospital Escuela de Veterinaria de la Universidad Nacional de Río Negro, en Choele Choel, y el gobernador Alberto Weretilneck invitó a hablar al ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich. Sin discurso preparado y ante un centenar de funcionarios, docentes y estudiantes, el ministro se vio obligado a improvisar. «Esta es la nueva Campaña del Desierto, sin espadas, con educación», dijo entonces. Sus palabras fueron recibidas por un silencio incrédulo primero, y murmullos de desaprobación después. Bullrich intentó, en vano, enmendar su torpeza. «No estamos poblando este desierto, ustedes hacen que esto no esté desierto y eso es lo más lindo», dijo, y enseguida se contradijo, deseando «que le den vida a los sueños que este edificio genera, que le demos vida al desierto.  Entre las innumerables críticas que generaron sus palabras está la de la Asociación de Docentes Universitarios de la Universidad de Río Negro, que repudió al funcionario por referirse a la Patagonia como «un desierto que estamos poblando» y por comparar a la educación  con «un genocidio que significó el exterminio físico, el desmembramiento de pueblos originarios, violaciones y mutilaciones de mujeres y hombres, así como el robo y la apropiación de niños y niñas». Además, la entidad señaló que pese al malestar que generó el discurso del ministro, ninguno de los presentes –el gobernador Alberto Weretilneck, la ministra provincial de Educación, Mónica Silva, y el rector de la Universidad de Río Negro, Juan Carlos del Bello– manifestó desacuerdo con las declaraciones de Bullrich.

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