El oro rojo

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Nacida gracias al interés por las propiedades medicinales del azafrán, la entidad cordobesa se dedica al cultivo de la valiosa especia. Hoy sus integrantes buscan crecer para poder abastecer el mercado interno y generar más fuentes de trabajo.

Sinergia solidaria. Suárez, Calzada (representante del IMFC), Pertile y Felauto.

Lo que comenzó una década atrás como una utopía de mujeres entusiastas se transformó en un gran desafío cooperativo. Así puede resumirse la historia de la Cooperativa de Productores y Trabajo de Hierbas Aromáticas y Exóticas, dedicada a producir y comercializar azafrán, cultivo de enorme potencial económico que  posiciona a Córdoba como única abastecedora de Sudamérica. Ya son 240 familias las involucradas en la producción de esta especia, considerada como la más cara del mundo, motivo por el cual suelen llamarla «oro rojo».
 Diana Pertile, pionera en experimentar con cormos de Crocus sativus (bulbos de azafrán) en el país, es presidenta de la entidad con sede en la ciudad de Córdoba y productores repartidos en todo el país. Junto a María Eugenia Felauto y Lorena Suárez, revisora de cuentas y secretaria de la cooperativa, respectivamente, explica las particularidades de su siembra y las posibilidades de sustentabilidad y negocios.
«Mi interés por el azafrán fue muy casual: soy médica endocrinóloga y en el año 2000, en un congreso en Japón, presentaron un trabajo sobre la remoción de patologías tiroideas pos Chernobyl mediante la aplicación de hormonas vegetales extraídas del azafrán. Regresé a Córdoba con la idea de conocer sobre experiencias en azafranales, para provecho gastronómico y medicinal. Con un par de emprendedoras amigas fuimos a Mendoza en búsqueda de cormos y  encontramos bulbos de un reservorio genético conservados sin plagas gracias al clima precordillerano de Malargüe. Los compramos y repartimos a quienes se entusiasmaron con la idea del azafrán», relata Pertile.

Paso a paso
El cultivo del azafrán exige paciencia y constancia, ya que sus réditos aparecen luego de períodos que pueden variar entre 3 y 5 años y están determinados por el precio internacional del momento, que en los últimos años ha fluctuado sustancialmente. No obstante, se puede inferir que continuará siendo un producto rentable debido a su escasez. El  trabajo mayor es la siembra, que en Argentina se realiza en el mes de abril, y después la cosecha de bulbos, que se realiza en octubre. En Córdoba, el 80% de los productores son de bulbos y el resto de flores. Se necesitan 125 flores para obtener 1 gramo de azafrán.
Los primeros cultivos de la cooperativa fueron en el año 2007, en barrios del noroeste de la capital cordobesa (Villa Rivera Indarte, Argüello, Las Delicias) y chacras vecinas a Villa Allende, La Calera y Pan de Azúcar, para después extenderse hacia pequeños  establecimientos rurales diseminados en la costa noroeste del lago Los Molinos, en Potrero de Garay. También tienen establecimientos en las Sierras Chicas y los Valles de Paravachasca, Calamuchita y Traslasierra. En los últimos años, se sumaron a la cooperativa productores de Bahía Blanca, La Rioja Salta, Tucumán, Jujuy, Neuquén y Río Negro.  
«También tenemos, en un terreno alquilado en el gran Córdoba, cultivos en racks (cajones de madera). La gran ventaja de este sistema es que se pueden controlar mejor las plagas y modificar fácilmente los componentes de suelo», dice Felauto.
Los productos de la cooperativa se comercializan con el nombre de Azafrán Mediterráneo, Especias Mediterráneas y Sal Mediterránea y los bulbos bajo la denominación Azafrán Argentino. «La cooperativa permite seguir una línea con estrictos controles de calidad de los bulbos y cubrir el volumen para comercializar», puntualiza María Eugenia Felauto, revisora de cuentas de la entidad.
En 2017, la producción fue de 12 kilos de hebras, «lo que nos permitió tener un kilo de azafrán», dice Diana Pertile. «Con esto abastecimos la demanda local en gastronomía, pero nos falta muchísimo para cubrir la nacional de la industria, sobre todo la licorera, que necesita unos 5.000 kilos». La valiosa especia se utiliza en la elaboración de productos variados. «El fernet, por ejemplo, contiene mucho azafrán y es una especia que no puede ser reemplazada por ninguna otra», dice la médica.

Reserva estratégica
Preservar el recurso es otro aspecto crucial del proyecto. «Los bulbos de nuestra cooperativa están en el Crocus Bank, una institución científica de la Comunidad Económica Europea que es la garantía de reserva genética. Nuestro desafío mayúsculo es obtener millones de bulbos, porque la demanda es enorme. Pero pasarán muchísimos años hasta que Argentina abastezca su mercado», dice Pertile.
En consonancia con los principios y valores del cooperativismo, la entidad cordobesa está interesada en trabajar en favor del desarrollo de la comunidad de la que forma parte. «Desarrollamos un trabajo con la Fundación Hogar Sierras Doradas de San Marcos Sierras para cultivar en conjunto y queremos proponerle a la provincia, a través del Polo Integral de la Mujer, que nos apoye para que brindemos capacitación en el cultivo del azafrán a mujeres que acuden en busca de contención por violencia de género. Esto les brindaría una posibilidad de obtener sus propios ingresos», dice Lorena Suárez, secretaria de la cooperativa. Como parte del vínculo con entidades del sector, recibieron además la visita de Pablo Calzada, coordinador de la Red de Microcréditos y promotor de los proyectos MAPESS y ESSApp de la filial Córdoba del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos.
Desarrollar líneas cosméticas y medicamentos naturales en base al azafrán figura entre los próximos proyectos. Concluye Pertile: «También soñamos con implementar la Ruta del Azafrán, que potenciaría mucho las economías regionales, utilizando productos típicos de ciertos lugares y haciendo, por ejemplo, aceite de oliva con azafrán o miel azafranada. Queda mucho por hacer a futuro, nuestra cooperativa está en condiciones de desarrollar, capacitar y hacer seguimiento de cultivos, pero para todo eso necesitamos el apoyo de políticas de Estado que acompañen nuestro esfuerzo».

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