28 de noviembre de 2017
A pesar de los numerosos testigos que afirmaron que no había mapuches armados en la represión que sufrió la comunidad Lafken Wuinkuñ Mapu, en Villa Mascardi, Bariloche, donde fue asesinado Rafael Nahuel (21 años) de un tiro en la espalda, los ministros Germán Garavano (Justicia) y Patricia Bullrich (Seguridad) sostuvieron que las fuerzas estatales tuvieron que enfrentarse a un grupo violento que tenía «armas de grueso calibre». A la vez, ambos ministros señalaron que los mapuches de la comunidad de Villa Mascardi «estaban en una formación de tipo militar». Sin embargo, no se reportaron heridos entre los efectivos de las fuerzas de seguridad ni se hallaron balas de los supuestos rebeldes armados. «No reconocen al Estado ni la Constitución, son grupos violentos que no respetan la ley», definieron a los mapuches los funcionarios. Y prometieron «cuidar a los argentinos que viven en el sur» del país. Por su parte, diversas comunidades mapuches coincidieron en destacar que «Macri ha declarado la guerra al pueblo mapuche».
