Estados Unidos: fuerzas extremas

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Dentro y fuera de Estados Unidos existe la percepción de que un gobierno de Donald Trump encarna más incertidumbres que certezas. Esto es así incluso para el Partido Republicano que ha visto cómo un hombre sin estructura propia derrotó en las primarias a políticos con experiencia.
Desde ya que el Partido Republicano deberá respetarlo porque él fue el artífice de su propio triunfo, pero también tratará de imponerle condiciones porque el presidente electo necesita el apoyo del partido para gobernar. La pregunta es si realmente Trump lo necesita o se puede recostar en aquellos sectores dentro y fuera del partido que lo apoyaron en la campaña, que representan la derecha y extrema derecha republicana con el respaldo de medios como el Washington Times.
Algunos de los primeros nombramientos muestran que Trump no teme designar en altos cargos a gente acusada de racista o incluso antisemita, un tema siempre sensible en la política estadounidense por la importante comunidad judía y por el estrecho vínculo que la Casa Blanca tiene con el Estado de Israel.
Mientras el exalcalde de Nueva York, Rudolph Giuliani, dijo que Trump no necesita del Congreso para comenzar a construir el muro ya que puede ordenarlo desde el Poder Ejecutivo, diversos grupos de extrema derecha le acercan propuestas para expulsar a millones de inmigrantes, incluso muchos más de lo que Trump propuso en campaña. La pregunta es si puede gobernar a espaldas del Congreso y si apelará a los que lo votaron para construir un movimiento de masas que lo respalde. Está claro que numerosos grupos de extrema derecha como el Ku Klux Klan se sienten envalentonados y se animan a decir abiertamente ahora lo que tiempo atrás era censurable porque sienten que el triunfo de Trump también les pertenece.