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Factura electrónica

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Costos y beneficios de un instrumento online pensado para controlar la operatoria de grandes y pequeñas empresas en tiempo real. Desde Apyme solicitan más tiempo para su implementación.

 

Recaudación. El fisco prevé contar con información de unos 400.000 contribuyentes que ingresarán al nuevo sistema. (Horacio Paone)

El 1º de julio venció el plazo formal para que los responsables inscriptos en el Impuesto al Valor Agregado (IVA) de todas las ramas de actividad se adhieran al régimen de facturación electrónica. Se trata de una plataforma fiscal que permite emitir los comprobantes desde la página web de la AFIP, utilizando la clave fiscal del inscripto, y así abandonar el formato papel. Para el contribuyente implica un ahorro por el soporte (papel) y para la administración pública tener la información en tiempo real de las transacciones que se realizan. Se mantienen exceptuados los obligados a controles fiscales y los operadores a domicilio o con ruteo (por ejemplo, repartidores) hasta enero del año próximo. Desde las cámaras pyme solicitaron una prórroga en el plazo para realizar la migración hacia el nuevo sistema.
Las pymes enfrentan un verdadero desafío al tratar de implementar el nuevo método de facturación, en muchos casos por falta de conocimiento sobre el tema, cierto grado de informalidad en su contabilidad o por una cuestión de costos. «Si  bien la aplicación de estas disposiciones de AFIP es necesaria para modernizar y agilizar el sistema, en lo inmediato genera a las pymes la necesidad de adecuarse a requerimientos de recursos  humanos y equipamiento  para dar cumplimento a  los regímenes establecidos», explican desde la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (APYME).
En la Administración Federal se prevé el ingreso de unos 400.000 nuevos contribuyentes de todo el país en el nuevo sistema de factura electrónica una vez normalizado el traspaso. Para los monotributistas se mantendrá la obligatoriedad del mecanismo online que rige desde 2011 para las categorías más altas, con excepción de que el servicio se preste en el domicilio del cliente o se facture a un consumidor final. En estos casos, explicaron a esta revista desde la AFIP, convivirán con los comprobantes de papel. Los próximos pasos prevén el desarrollo de una aplicación para poder facturar bienes y servicios a través de smartphones y cobrar con tarjeta de crédito o débito, y la migración hacia proyectos de IVA Proforma, que permite calcular el pago mensual de cada contribuyente por ese gravamen.

 

Pros y contras
La factura electrónica aporta grandes beneficios y ahorros a los procesos de las firmas, independientemente del tamaño y sector al cual pertenezcan. Hasta el mes pasado el régimen de factura electrónica alcanzaba a unos 193.000 contribuyentes.
El concepto de factura electrónica refiere a la transmisión de las facturas o documentos análogos por medios electrónicos firmados digitalmente. La confección se realiza con las habituales aplicaciones de oficina y el objetivo es que el papel no llegue a utilizarse nunca como soporte. Como beneficio aportará a las empresas celeridad y seguridad en la gestión de la documentación. La información quedará registrada en los sistemas del fisco y no habrá que realizar presentaciones adicionales de documentación. No obstante, la empresa tendrá un costo adicional, al menos en el corto plazo, al mantener dos sistemas de facturación, el tradicional con soporte papel y el electrónico. También existe el costo asociado con los errores en el uso de la tecnología durante los procesos de facturación.
Las autoridades de APYME se reunieron con el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray y con el ministro de Economía, Axel Kicillof, para solicitar una prórroga de la generalización de la factura electrónica y la exigencia del Régimen Informativo de Compras y Ventas para pequeñas y medianas empresas. «La mayoría de nuestros asociados no cuenta con estructuras administrativas acordes para atender las nuevas obligaciones así como tampoco disponen de los recursos económicos que requiere la incorporación de hardware y software adecuado», expresó Eduardo Fernández, presidente de la entidad de pequeñas firmas.
De acuerdo con una encuesta realizada por Thomson Reuters de la que participaron 70 contadores públicos de todo el país, 4 de cada 10 especialistas consideran que el plazo para incorporar a todos los responsables inscriptos al nuevo régimen es escaso. «La mayoría de los encuestados (42,6%) revela que los procedimientos establecidos por la AFIP no son simples y dificultan su implementación», sostiene el relevamiento de la agencia.
En el caso de las pymes se suma la incorporación del nuevo régimen informativo. «También debe atenderse a las dudas generadas por la puesta en marcha de ambas resoluciones, que dio lugar a distintas interpretaciones que aún no encuentran clara definición», explicaron desde Apyme. Mientras que los contadores públicos, de acuerdo con la misma encuesta, consideran que «la emisión de factura electrónica será positiva para su actividad profesional y va a facilitar el asesoramiento para el cumplimiento impositivo y contable». Para las pequeñas imprentas que sustentaban sus negocios en la confección de las ahora obsoletas facturas de papel también es un inconveniente. La Cámara Argentina de Empresas Gráficas y Afines (CAEGA), que agrupa a unas 600 empresas del sector, envió una nota al Ministerio de Industria el mes pasado solicitando también una prórroga para la implementación de la medida.

Cristian Carrillo

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