Fuerza transformadora

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Dirigentes y personal del IMFC participaron del acto realizado en la filial Buenos Aires. A la lectura de declaraciones alusivas y el análisis de la actual coyuntura política y económica, se sumó la presentación del Instituto Universitario de la Cooperación.

Principios en marcha. Saavedra, Massimo, Form, Petriella y Carpenzano, en el CCC. (Jorge Aloy)

Dirigentes, funcionarios y personal del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos celebraron el 95° Día Internacional de las Cooperativas, fecha que conmemora, en todo el mundo, los principios y valores solidarios. En este marco, Alfredo Saavedra, secretario del IMFC (acompañado por Rafael Massimo, tesorero, y Liliana Carpenzano, adscripta a la gerencia del IMFC), dio lectura a las declaraciones alusivas de la Confederación Cooperativa de la República Argentina (COOPERAR) y del IMFC. El documento del Instituto, titulado «Vigencia de los principios», comienza con un discurso de Floreal Gorini de 1996, donde llama a «preservar los derechos del hombre y de la naturaleza y a atender la problemática de la contaminación ambiental». «Creemos –sigue el documento con palabras del recordado cooperativista– que la solución a estos problemas, la propuesta de un mundo alternativo, un mundo que sea para beneficio de todos, está en la vigencia de los principios de la cooperación». Y cierra el documento destacando el desafío de difundir los principios y valores cooperativos: «Ese es el sentido y la esencia de la batalla cultural contemporánea que debemos impulsar contra las corporaciones mediáticas en este nuevo Día Internacional de las Cooperativas y durante todo el tiempo que sea necesario».
«Las cooperativas garantizan que nadie se quede atrás, porque son el modelo alternativo a la concentración económica», se titula la declaración de COOPERAR, que retoma en su texto el mensaje difundido por la Alianza Cooperativa Internacional: «Las cooperativas garantizan que nadie se quede atrás». «Este lema –declama– está orientado al cumplimiento de la Agenda 2030 de la ONU, que expresa el compromiso de las naciones de intensificar los esfuerzos para poner fin a la pobreza en todas sus formas, reducir la desigualdad y luchar contra el cambio climático garantizando, al mismo tiempo, que nadie se quede atrás».    
El acto también fue la ocasión para presentar un proyecto de suma trascendencia para el IMFC: el Instituto Universitario de la Cooperación (IUCOOP), recientemente aprobado por el Poder Ejecutivo Nacional. Ángel Petriella, director de Idelcoop, afirmó: «El proyecto del IUCOOP surge como parte del desarrollo de la política de nuestro movimiento cooperativo de crédito, orientada a fomentar la educación y la investigación como aporte en la batalla cultural para reconfigurar la estructura económica y social del país y del sistema-mundo moderno». Y añadió que IUCOOP buscará «institucionalizar aún más las acciones que viene desarrollando nuestro movimiento en el plano político, cultural y educativo, en el marco del actual momento histórico de disputa con el orden neoliberal conservador». En breve, indicó Petriella, se darán a conocer las carreras que se cursarán, pero se adelantó que las habrá de pregrado, grado y posgrado; y que también, como toda entidad universitaria, habrá actividades de investigación, extensión y transferencia, para la consolidación del área disciplinar del  Cooperativismo y la Economía Social.

Cultura del descarte
Las palabras de cierre estuvieron a cargo del presidente del IMFC, Edgardo Form, quien abordó los desafíos del movimiento cooperativo en la actual coyuntura política global y local, signada por la «crisis civilizatoria y el retorno del neoliberalismo». «Si el trabajo tiende a desaparecer –manifestó el dirigente cooperativista–, el capitalismo y el capitalismo neoliberal en su máxima expresión no resuelven ese tremendo conflicto de la sociedad humana en su conjunto. Por eso nosotros valoramos al cooperativismo como una herramienta formidable, pensando en diseños de modelos alternativos para enfrentar esta realidad crucial que afecta a toda la humanidad». «Esta es la cultura del descarte –concluyó Form–, hay un excedente absoluto de seres humanos que ni siquiera sirve como ejército de reserva para el capitalismo para especular con el pago, con la retribución de los salarios, como existía en otros tiempos. Por eso aprovechamos el día de hoy para aportar ideas que deben formar parte del debate contemporáneo. Y para lo cual nada mejor que los dirigentes y los militantes de la economía solidaria sean portadores de este mensaje para convencer y para construir los consensos que permitan darle a esto la configuración de una fuerza social y política potente».

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