Fumigaciones y muertes sin culpables

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El Tribunal Oral Penal de Goya, provincia de Corrientes, absolvió al productor hortícola Ricardo Prieto por el homicidio culposo del chico de 5 años Santiago Nicolás Arévalo, y lo sobreseyó por extinción de la acción penal por prescripción en el caso de Celeste Estévez, la niña que entonces tenía 4 años y sufrió lesiones severas y permanentes. Según la acusación, los dos chicos habían sido afectados por agrotóxicos utilizados en la quinta lindera de su casa, propiedad de Prieto, quien habría fumigado con plaguicidas altamente tóxicos «sin la prevención de controlar en forma personal el proceso, que se realizó con las cortinas de los tendaleros levantadas». La tragedia ocurrió en abril de 2011 en la localidad correntina de Lavalle, cuando los dos chicos absorbieron los plaguicidas tóxicos que usaba Prieto para fumigar las plantaciones de tomate de su quinta, ubicada junto a la casa de la familia Arévalo. Santiago Nicolás además de inhalar el veneno lo absorbió a través de la piel al pisar un charco, lo cual le causó la muerte dos días después. Como se sabe, grupos ambientalistas vienen denunciando a la empresa Monsanto y alertaron una y otra vez que «Las fumigaciones matan».

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