Homenaje a un imprescindible

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Memoria. Una placa en el hall de la filial Litoral recordará a Carlos Blasetti. (Julieta Pisano)

Carlos Alberto Blasetti, militante de la Juventud Universitaria Peronista que el 1° de julio de 1976 fue asesinado por la policía de Santa Fe al llegar a una cita «cantada» en pleno centro de Rosario, fue homenajeado en la filial Litoral del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, en el marco del 42º aniversario del golpe de Estado cívico-militar de 1976. Carlitos, como le decían sus hermanas mayores Delia y Esther, presentes en el acto de colocación de una placa recordatoria en la sede de la filial, había empezado a trabajar en el IMFC luego de terminar sus estudios secundarios. «Era muy buena persona, muy generoso, nunca quería dinero, lo que había en casa se lo llevaba, lo regalaba, le compraban una campera nueva y, cuando le preguntabas dónde estaba, te decía: “había un chico que la necesitaba más que yo”», rememoró Esther.
Nacido en 1957, Blasetti había comenzado a militar en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) en la Escuela Superior de Comercio de Rosario, donde llegó a presidir el centro de estudiantes. Junto a José Pepe Berra, su «hermano de la vida», y sus compañeros de la UES, cada verano viajaba a realizar trabajo comunitario en distintos puntos del país. Al homenaje asistieron también amigos de esos años de militancia, que no solo compartieron el compromiso y la lucha política, sino los encuentros en bares y peñas, charlas interminables, guitarreadas, el fútbol y los viajes, «cuando todavía se podía», aclararon, en referencia a la etapa anterior al 24 de marzo de 1976. Convocados a tomar el micrófono, recordaron especialmente un viaje que hicieron al norte del país, en el verano de 1975. «Fue un poco accidentado porque, apenas llegamos a Tucumán, nos metieron presos», contó José Berra. En pleno Operativo Independencia, y con antecedentes a cuestas, la buena fortuna, aquella vez, les permitió continuar su camino hasta Humahuaca. Alfredo Vivono, otro de los integrantes del grupo, destacó de «la Carlota», como llamaban sus amigos a Blasetti, «su ternura, porque no existe un militante revolucionario que no sea sensible a lo que pasa a su alrededor». Al mismo tiempo, Horacio Dalmonego, compañero de la militancia estudiantil, reflexionó sobre esa generación de jóvenes: «Muchos ni siquiera pudieron conocer el amor realmente, pero teníamos una capacidad de entrega, la lucha era el ideal nuestro, íbamos por una patria nueva, por un hombre nuevo».
Sobre el final, el jefe de la Filial Litoral, Iván Pérez, sostuvo que el homenaje «excede largamente lo que tiene que ver con el Instituto y se inscribe en uno de los momentos más trágicos de la historia argentina». «En realidad –afirmó– todo lo que hay allí de crueldad, de abyecto, de horror, tiene que ver con impulsar un modelo de país excluyente, una economía para el beneficio de unos pocos. Es la misma idea de país que están impulsando en este momento. Por eso a nosotros, además de recuperar la imagen de Carlos en su condición de amigo y trabajador, nos interesa destacarlo como militante. Porque la política es la única herramienta capaz de transformar realidades dolorosas y de sostener la lucha por la verdad, la memoria y la justicia». Para concluir el homenaje se proyectó un video, realizado por el equipo del Centro Cultural de la Cooperación de Rosario, que mostró fragmentos de las cartas que escribió Carlitos a su familia e imágenes en blanco y negro de un joven que sonríe y mira a la cámara con todo el futuro por delante.