Huellas del pasado

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Preservar el material histórico que se encuentra en las entrañas de las ciudades es el objetivo de la entidad que ofrece servicios de excavación y clasificación, además de editar una revista.

 

Plaza San Martín. A cuatro metros de profundidad, el grupo investiga las ruinas de un hotel que funcionó en el barrio porteño de Retiro. (Gentileza Arqueocoop)

La arqueología es la ciencia que estudia las sociedades, sus costumbres y sus cambios a lo largo del tiempo a través de sus restos materiales. Y en este campo, como en un sinfín de actividades, el cooperativismo también se presenta como un modelo de organización eficiente. Así lo entendió un grupo de profesionales y estudiantes avanzados de la carrera de Arqueología de la UBA cuando, en 2008, conformaron la cooperativa de trabajo Arqueocoop para producir y editar una revista científica de alcance latinoamericano sobre temas vinculados con los contextos urbanos. Hoy, los servicios se ampliaron y también realizan estudios de impacto arqueológico en ciudades, y actividades de difusión.
«Esta disciplina no sólo permite la producción académica de conocimientos acerca de la antigüedad, sino que también implica prácticas actuales que articulan el pasado y el presente», sostiene Aniela Traba, arqueóloga y síndica de la cooperativa. «El análisis de los objetos y construcciones permite develar los procesos sociales de antaño y saber cómo llegamos al presente y, a partir de allí, establecer pautas para el futuro», añade el presidente, Ulises Camino. Para Camino, si bien la Ley Nº 25.743 posibilita preservar y evitar el saqueo de las piezas que ya fueron recuperadas, no establece reglas claras a la hora de impedir la pérdida irreparable de objetos y de proteger los espacios donde se realizan excavaciones, poniendo en peligro los posibles hallazgos. En este sentido, Camino señala que la ciudad de Buenos Aires, como toda gran metrópoli, fue mutando con el tiempo, producto del continuo movimiento poblacional, lo que hizo que en sus entrañas quedaran guardados millones de objetos y materiales valiosos. «Cuando se realiza una obra pública o privada en la ciudad, no siempre se tiene en cuenta qué hay bajo la tierra». En algunas ocasiones, es la ciudadanía la que alerta sobre los riesgos a los que se ven expuestos los sitios arqueológicos, como resultado de eventos naturales y actividades humanas. Sin embargo, la mayor parte de las veces, esos avisos se dan sobre la marcha de los acontecimientos, una vez que los daños a las áreas y a los registros ya se iniciaron. «La falta de denuncias de obras a realizar es una de las principales causas que impiden proteger el patrimonio arqueológico enterrado. Lamentablemente, es imposible saber qué se está deteriorando por la intervención indiscriminada del suelo sin la supervisión de profesionales de la arqueología», dice el investigador.
Para tratar de proteger estos materiales, la cooperativa trabaja en la prospección arqueológica, explorando territorios en busca de huellas materiales del pasado. Investigación histórica del área a relevar, estudios de suelo, excavación, recuperación, análisis y limpieza del material arqueológico, registro fotográfico de la investigación y de los objetos y clasificación de las piezas halladas son algunos de los servicios que ofrece el colectivo de profesionales. «Arqueocoop llevó a cabo distintos trabajos de exploración en la ciudad de Buenos Aires, buscando vestigios del patrimonio oculto en su suelo. Participamos en excavaciones en los barrios de Flores, La Boca, Plaza Constitución y en la emblemática Plaza San Martín de Retiro», cuenta Traba. «Por otro lado –agrega la síndica–, editamos una publicación, única en su tipo en el país: Urbania. Revista latinoamericana de arqueología e historia de las ciudades». El objetivo de la revista es incentivar la producción y divulgación científica de quienes se dedican al estudio del pasado de la humanidad y fomentar el interés por los objetos que dan testimonio del mismo. «En particular, se dedica a los estudios sobre la arqueología urbana, sin dejar de lado otras disciplinas afines», señala Traba. Asimismo, a fin de concientizar a las nuevas generaciones sobre la importancia de proteger y preservar el patrimonio arqueológico, Arqueocoop ofrece cursos y seminarios en escuelas y colegios, y charlas abiertas a la comunidad.
«Arqueocoop surge con el propósito de generar una fuente de trabajo para sus miembros, pero también para defender el patrimonio arqueológico nacional, realizando trabajos de forma consciente, que resguarden los restos materiales de interés social, tratando de mediar con los valores puramente económicos de las empresas constructoras», sostienen los cooperativistas. Para los investigadores, la experiencia de Arqueocoop es un ejemplo de la potencialidad que tienen las organizaciones cooperativas, incluso en un ámbito de servicios poco frecuente. Partiendo de la convicción de que sólo se puede conservar aquello que la sociedad toma como propio, los asociados de Arqueocoop buscan generar conciencia sobre la importancia que tiene la arqueología. «El conocimiento de nuestro pasado –concluyen los entrevistados–reafirma la identidad y nos ayuda a determinarnos como personas y como sociedad en el presente».

Silvia Porritelli

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