Impronta de pioneros

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Con un multitudinario acto, la filial cordobesa celebró 50 años del nacimiento de la caja de crédito que le dio origen en 1965. Emotivas palabras de los socios fundadores y exempleados.

 

Aniversario. Torta, brindis, cena, música y una placa homenaje al primer consejo de administración coronaron el festejo riocuartense.

El 28 de noviembre de 1965, en pleno auge del movimiento solidario de crédito, varias asociaciones vecinales reunidas en una asamblea llevada a cabo en el Palacio Municipal dieron vida a la caja de crédito Río Cuarto, nacida con la finalidad de que los habitantes de la ciudad del sur cordobés administraran sus propios recursos financieros. La entidad se asoció en el mismo momento de su fundación al Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos. Con un multitudinario acto, dirigentes cooperativistas del sur cordobés celebraron el 50º aniversario de aquella iniciativa popular que dio origen a la actual filial Río Cuarto del Banco Credicoop. Participaron del acto –realizado en el salón de la filial cordobesa– Pablo Tissera, jefe de la filial Córdoba del IMFC; Ángel Rosales, gerente zonal; Sergio Carrascosa, gerente de la filial Río Cuarto; Nelson Pesci y Victoria Castelengo, consejeros titulares de la zona 2; y Mariela Olivero, responsable operativa zonal. También concurrieron funcionarios municipales, representantes de la Universidad Nacional de Río Cuarto; referentes de cooperativas locales, y personal y asociados del Banco Credicoop Río Cuarto.
El acto comenzó con las palabras de Sebastián Tonelli, presidente de la comisión de asociados de la filial riocuartense, quien repasó los avatares vividos por las cajas de crédito cooperativas  a lo largo de su historia y la defensa encarada por los dirigentes para hacerlas sobrevivir a los embates de los gobiernos de facto. «Me resulta inolvidable el fervor de la gente llenando el Luna Park, en distintos años de la década del 70, reivindicando la actuación del movimiento cooperativo al servicio del país. Eso nos marcó para siempre a muchos que seguimos la impronta de los precursores, y no lograrán sacarnos del camino, aunque en los 90 Cavallo y sus compañeros nos quisieron eliminar para siempre del sistema financiero. Sobrevivimos y ahora nos estamos preparando de nuevo, que lo sepan desde ya, no nos van a sacar jamás», manifestó.
Ángel Rosales, gerente zonal, repasó las medidas instaladas tras los sucesivos golpes militares y durante la década de los 90: «Hubo una enorme concentración financiera, las pymes y millones de argentinos perdieron su empleo; eso hizo que el país cayera desastrosamente». Después de recordar la lucha del cooperativismo contra ese modelo, remarcó: «Tenemos un viejo objetivo pendiente como movimiento: modificar la Ley de Entidades Financieras que nos rige desde 1977 y que propició la concentración e hizo desaparecer 40 bancos cooperativos y 20.000 puestos de trabajo. Debemos prepararnos con nuestros dirigentes para hacer posible la modificación de esta ley y así lograr un proyecto más vinculado con la producción y no con la especulación; de esta manera lograremos una sociedad más justa e igualitaria».

 

Recuerdo vivo
Luego de la apertura se realizó un panel integrado por exintegrantes de la caja riocuartense. Abrió las disertaciones Luis Busso, socio fundador y secretario de la ex caja de crédito, además de vicepresidente de la filial Córdoba del IMFC  e integrante de la actual comisión de asociados del banco. «Quiero empezar rescatando la memoria de Alfredo Palandri, presidente de la Asociación Vecinal Roque Saénz Peña, quien dejó sembrado el germen del cooperativismo. Fuimos la única caja de crédito del país promovida por asociaciones vecinales. Sufrimos varios hachazos que empezaron con la dictadura de Onganía  y nos dejaron en 1966 casi en agonía. Recuerdo muy bien cuando creímos estar derrotados y fuimos a consultar a David Naishtat (entonces titular del IMFC Córdoba) y le preguntamos “¿Qué hacemos? ¿Cerramos?”. Y él nos miró fijo y dijo: “¿Quiénes son ustedes para cerrar? ¡pregunten a los socios qué opinan!”. Así que volvimos a Río Cuarto y convocamos a una asamblea en el Cine Rex. Fue inolvidable: 1.200 socios nos apoyaron para seguir», relató Busso.
Por su parte, Oscar Olmedo, otro de los socios fundadores de la caja riocuartense, mostró a los presentes una cartilla realizada con un mimeógrafo prestado por el Cine Club Río Cuarto. «Con esto íbamos casa por casa explicando y convocando a la gente de la ciudad a asociarse a la caja. Fue algo terrible porque a los tres meses de haberla creado el gobierno de facto nos congeló los fondos. Hay miles de anécdotas de esa época para contar. Hagamos fuerza para mantener nuestros principios cooperativos y el espíritu productivo», exclamó Olmedo entre fuertes aplausos.
Alicia Patelani, exempleada de la caja y tesorera jubilada del Banco Credicoop Río Cuarto, y Norma Buitrago, también ex empleada de la caja y actual tesorera de la filial, hablaron del compromiso de los vecinos por sostener el sistema de créditos cooperativos y la proyección del movimiento. «Tenemos que apostar al futuro –subrayó Buitrago– y estamos haciendo mucho desde la educación juvenil para que ellos continúen manteniendo vivos los valores cooperativos. Ya logramos una carrera terciaria en la Universidad Nacional de Río Cuarto. El cooperativismo es un sentimiento que enamora».
A continuación se descubrió una placa en homenaje al primer consejo de administración de la caja, y luego hubo música a cargo de la orquesta Papelnonos y el baladista Roberto Codó. Un brindis y una cena de camaradería cerraron los festejos del cincuentenario de una entidad que marcó la historia del movimiento solidario de crédito del sur cordobés.

—Texto y fotos: Bibiana Fulchieri

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