Impronta productiva

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Educación, incentivo a las pymes y acciones por el bien común son algunos de los ejes principales de la labor de la comisión de asociados. Énfasis en la participación y el recambio generacional.

 

Iniciativa propia. La comisión de Munro tiene una activa participación en la vida de una localidad con larga trayectoria cooperativa. (Facundo Nívolo)

Ubicada en el partido bonaerense de Vicente López, la localidad de Munro nació con la llegada del ferrocarril en 1912 y, una década después, cobró mayor relevancia cuando los lugareños decidieron fundar la Unión Vecinal de Fomento, que estimuló el establecimiento de nuevos pobladores y la instalación de numerosos comercios. Esa misma impronta asociativa es la que inspiró a principios de 1960 a un grupo de vecinos a unirse para asfaltar un tramo de la principal arteria del conglomerado. «La avenida Vélez Sarsfield está dividida por la vía ferroviaria; en aquella época, el lado oeste no estaba pavimentado, y, para subsanar este déficit, algunos comerciantes de la zona crearon un fondo para ayudar a los frentistas que no podían pagar la obra. Luego, como vieron que esa iniciativa había tenido muy buenos resultados, se les ocurrió armar un proyecto para resolver los problemas financieros  que tenían los comerciantes para hacerse de stock o remodelar sus locales», recuerda Alicia Fernández, empresaria y secretaria de actas de la comisión de asociados de la filial oeste de Munro del Banco Credicoop. En 1962 se fundó la Cooperativa de Crédito Vélez Sarsfield, antecesora de la actual filial del banco cooperativo. Además del significativo desarrollo comercial, la localidad ya comenzaba a vislumbrar un gran dinamismo productivo. «Munro conserva esas particularidades. Hay muchas pymes y también cooperativas, algunas de ellas son grandes empresas recuperadas», cuenta el gerente de la filial, Juan Carlos Ronco.
Desde 2001, la comisión integra la ONG Munro Institucional, un ámbito que comparten distintas entidades de bien público de la zona, con el objetivo de desarrollar propuestas para mejorar la calidad de vida de los habitantes del barrio. «Gracias a esta unión, logramos numerosos avances, como la instalación de carteles indicadores y la apertura del registro civil, realizamos actividades solidarias para recaudar fondos que fueron destinados a comedores, jardines y escuelas, y también organizamos actividades y eventos culturales y deportivos», explica Fernández. Además, la comisión forma parte de un programa de radio que se emite todos los sábados por FM Signos, donde el cooperativismo tiene su espacio. Dada la gran demanda cultural de la zona, la comisión organiza permanentemente talleres y charlas. «En 2013 realizamos encuentros de música y literatura, además de debates sobre historia», cuenta el escritor y responsable de la Secretaría de Educación Cooperativa, Juan Disante. La iniciativa continuará este año. Otra de las propuestas para 2014 es profundizar los vínculos con las escuelas con el fin de promover la enseñanza del cooperativismo tanto para docentes como para alumnos. Según comenta el presidente, Pablo Flores, los lazos con los establecimientos educativos se tejieron en la etapa en que el Banco Credicoop organizaba el concurso de dibujo y pintura «La aventura de la cooperación».
«Mi abuelo, que era un inmigrante austríaco y zapatero de profesión, fue uno de los fundadores de la caja de crédito. Él y mi papá integraron la comisión de asociados, ocupando diversos cargos, y ahora me tocó a mí participar», dice el vicepresidente Federico Mandi.  El joven abogado enfatiza: «El cooperativismo no sólo es una alternativa de gestión eficiente para desarrollar actividades económicas, sino que es un modelo social y político que permite construir un país diferente. Por eso también participo en política llevando estas ideas».
«Cooperativismo es sinónimo de solidaridad –opina Ana Giachino, de la secretaría de la gestión–. Afortunadamente está ingresando gente más joven a la comisión, porque es fundamental ir pasando la posta a las nuevas generaciones para darle mayor impulso y dinamismo a todo lo que venimos haciendo, además de sumar nuevas ideas», añade.  Para Alberto Barreira, de la misma secretaría, la posibilidad de participar en la gestión de una institución bancaria es algo impensado en otra entidad financiera. «Es fundamental comprender que la participación y el aporte de los asociados son necesarios para que la cooperativa se sostenga y siga creciendo», señala el empresario.
«Desde la comisión tratamos de hacer más eficaz el proceso de evaluación previo al otorgamiento de créditos. Nos reunimos varias veces por semana para agilizar los tiempos, porque sabemos que el que viene a solicitar un préstamo, especialmente en el caso de las pymes, lo quiere para ayer», dice Hernán Domínguez, de la Secretaría de Acuerdo Crediticio y Mora, destacando la función social que cumple la entidad al momento de evaluar las necesidades y posibilidades de los asociados que solicitan financiamiento. Finalmente, el sociólogo e integrante de la comisión Luciano Rosso indica que el desafío actual del movimiento cooperativo, y en particular del banco, es «sostener a las pymes, que son las principales generadoras de puestos de trabajo».

Silvia Porritelli

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