La caja del pueblo

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En 1943 Lanús veía nacer a una de las entidades más emblemáticas del movimiento que, años más tarde, se nuclearía en el IMFC.

 

Inauguración. Amero Rusconi corta las cintas del nuevo edificio de la caja de créditos de Lanús, el 27 de noviembre de 1976.

Corría el año 1943 cuando un grupo de vecinos y dirigentes de la localidad de Lanús se reunió en una casa particular con el objetivo de conformar una entidad que permitiera resolver las necesidades crediticias de los habitantes de la zona. Esa reunión sería el hito fundacional de lo que pronto se conocería como la Sociedad Cooperativa de Créditos del Sud, una de las cajas emblemáticas del movimiento cooperativo nucleado en el Instituto Movilizador, que realizó un destacado desempeño durante más de 30 años de existencia.
Con una primera oficina ubicada en la calle Pavón, la caja comenzó funcionando apenas dos días a la semana. Sin embargo, pronto la cooperativa inició un camino de crecimiento que, años más tarde, se consolidó en la comunidad con créditos orientados a comerciantes, pequeños industriales y obreros que buscaban impulsar sus actividades o emprendimientos personales. De fuerte vinculación con el Centro Cultural Israelita I. L. Peretz –muchos dirigentes de la caja provenían de esa institución– la Sociedad Cooperativa de Créditos del Sud se forjó inicialmente al calor de recordados pioneros como Adolfo Krivopisk, Jowel Lerer, José Gamarnik o Boris Schvartz. «La gente se conocía mucho entre sí. Las personas que integraban el Consejo de Administración conocían a los socios o a la gran mayoría de ellos. Había una interrelación muy fluida entre el socio y el miembro del consejo. El personal también estaba integrado a lo que era la difusión de los conceptos cooperativos. También había mucha vida social», recordaba Simón Gamarnik, hijo del fundador de la caja, en una entrevista del Archivo Histórico del Cooperativismo de Crédito sobre la dinámica social que guiaba a la cooperativa de crédito de Lanús.
«Su integración y conducción, auténticamente populares y democráticas, sufren, se alegran y, por lo tanto, sienten como el pueblo», aseguraba la Memoria de 1975 de la Sociedad Cooperativa de Créditos del Sud, cuya actividad impactó profundamente en la localidad de Lanús, con su visión solidaria y participativa de la gestión financiera. «Las puertas estaban abiertas, eran accesibles, uno tenía un trato directo con el gerente, con los funcionarios, que estaban predispuestos a solucionar los problemas porque sabían que la gran mayoría del dinero que se prestaba, se recuperaba», explicaba en una entrevista de 1996 Osvaldo Curti, socio y ex dirigente de la caja.

 

Más que créditos
«Comprometemos nuestro esfuerzo tendiente a colaborar en toda actividad pública o privada que apunte a consolidar el bienestar general, a elevar el nivel socioeconómico y cultural de la zona y a desarrollar lazos de amistad fraterna e intercambio en lo económico, social y cultural con todas
las instituciones de nuestra ciudad», puede leerse en un documento de difusión de la cooperativa elaborado el 27 de noviembre de 1976, en ocasión de la inauguración de un nuevo edificio de la caja de crédito, donde estuvo presente, entre otros, Amero Rusconi, presidente del IMFC.
Es que Del Sud no fue solo una institución que otorgaba créditos. Consecuente con el ideario cooperativo, la entidad cumplía una importante labor en materia cultural; desde su nacimiento, la caja se destacó por  la realización de numerosas actividades (peñas, conferencias, conciertos). A la par, sus dirigentes apoyaban otros emprendimientos culturales de Lanús, tal como lo reflejan documentos de la cooperativa. Además, la caja de crédito otorgó préstamos que sirvieron para realizar mejoras en la infraestructura de la localidad. Obras de suministro de gas –como fue el caso de Villa Obrera–, y extensas obras de pavimentación de diversos barrios fueron algunas de ellas. «El peso moral que tenía del Sud en aquel entonces era importante, tuvimos varias entrevistas con funcionarios de la municipalidad por distintos problemas que se planteaban, éramos siempre recibidos, escuchados», recordaba Gamarnik.
La Sociedad Cooperativa de Créditos del Sud fue parte del grupo de entidades que dio origen, en 1958, al Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, formando parte, desde la primera hora, del proceso de expansión y crecimiento operativo que se dio en el periodo 1959-1966 en el cooperativismo de crédito argentino gracias al activo rol del Instituto.

 

Embates conservadores
Pero así como el sistema de crédito solidario crecía, también lo hacía la ofensiva hacia el movimiento por parte de los sectores conservadores. Prueba de ello es que la caja sufrió, al igual que muchas otras, los ataques de las dictaduras de 1966 y 1976. Durante su 33º aniversario, la cooperativa recordaba, en un documento público, los avatares del golpe de Onganía y la defensa encarada por el sector: «Así como la agresión no se hizo esperar, la defensa interna no tuvo pausa y miles de actos, petitorios, asambleas de carácter multitudinario, cubrieron los cuatro puntos cardinales. Durante todos estos años de lucha sabíamos que por ser del pueblo y por defender lo auténticamente nacional, no estábamos solos».
La entidad, junto con buena parte de las cajas nucleadas en el IMFC, volverían a enfrentar el avance de la dictadura cívico-militar en 1976, cuando el gobierno de facto arremetió fuertemente contra el sector a través de una restrictiva Ley de Entidades Financieras, que se mantiene vigente, con pequeñas modificaciones, al día de hoy. «Los militares dijeron “esto es un movimiento que si crece nos puede meter en un brete, vamos a tratar de voltearlo” e hicieron bastante,  la prueba está en que muchos de los 30.000 desaparecidos eran cooperativistas de alma. Así que ellos –los militares– sabían a dónde apuntaban», recordaba Curti sobre un periodo que culminó en 1979 con la fusión de 44 cajas de crédito de la Capital y el Gran Buenos Aires –entre las que estaba la caja de Lanús– que dieron nacimiento al Banco Credicoop.
La Sociedad Cooperativa de Créditos del Sud se convirtió entonces en la filial Lanús del Banco Credicoop, que hasta el día de hoy mantiene en su quehacer diario los principios históricos de quienes fundaron la entidad en 1943. «El ahorro generado por los sectores populares al servicio de quienes lo forjaron con su trabajo y su capacidad», sostenía un comentario editorial en el periódico Sud Cooperativo de la legendaria caja de crédito. Esa consigna continúa vigente en la reafirmación de un banco cooperativo que concibe «el dinero de los argentinos en manos de los argentinos» y que hoy lleva en su andamiaje de valores el legado de una caja de crédito que procuraba el «esfuerzo por una sociedad mejor y dignas condiciones de vida para todo el pueblo».

Maximiliano Senkiw
Asesoramiento histórico: Daniel Plotinsky
Fotos: archivo Acción

 

 

16 de julio de 1952

Una acción de 100 pesos de la Primera Caja Mercantil, considerada la primera caja de crédito urbana. Fue fundada en 1918 por inmigrantes de la colectividad judía en el barrio porteño de Villa Crespo y en dicha entidad pueden rastrearse parte de los orígenes del movimiento cooperativo de crédito argentino.

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