La economía social, al Vaticano

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Representantes de Cooperar y de la ACI llevaron a la Santa Sede el plan para la próxima década del modelo que contribuye a la construcción de un mundo más justo y equitativo.

 

Encuentro trascendente. Imperial, Mariño, Gould, Francisco, Green, López, Guarco y Torre: la equidad y la paz como intereses comunes.

En una reunión de gran trascendencia institucional para el movimiento cooperativo, el Papa Francisco recibió a representantes de la Confederación Cooperativa de la República Argentina (COOPERAR) y a dirigentes de la Alianza Cooperativa Internacional (ACI). Ariel Guarco, presidente de COOPERAR, y Ricardo López, secretario de la entidad, asistieron, junto con Pauline Green y Charles Gould –presidenta y director de la ACI respectivamente– a un encuentro realizado en el Vaticano. También participaron, por ACI-Américas, Ramón Imperial (presidente) y Manuel Mariño (director), además del sacerdote de la parroquia Cristo Obrero de la Villa 31 de la ciudad de Buenos Aires, Guillermo Torre. El objetivo de la reunión fue, entre otros, entregarle al Sumo Pontífice el documento denominado Proyecto de una década cooperativa, donde se propone el desafío estratégico de posicionar al modelo solidario como alternativa de sostenibilidad económica y social.
Al inicio de la entrevista, que duró 35 minutos, Jorge Bergoglio  recordó que su padre, en el año 1954, le había explicado a él y a sus hermanos qué era el cooperativismo y cuáles eran sus principios. «Este conocimiento de Bergoglio facilitó que  pudiera comprender las propuestas e ideas de nuestro movimiento y la lucha que llevamos adelante para instalar nuestros principios, en un mundo donde impera la inequidad y la desigualdad», expresó López, también presidente de la Federación Argentina de Entidades Solidarias de Salud, quien indicó que la idea de gestionar este encuentro surgió a partir de los gestos y acciones del primer papa argentino a poco de asumir su ministerio, cercanos a principios y valores del cooperativismo. «El modelo neoliberal salvaje pone en el centro de la escena al dinero y debemos hacer todos los esfuerzos posibles para cambiar esto y priorizar al hombre y la mujer», resaltó Francisco ante los cooperativistas, y advirtió que este modelo, que expulsa a los jóvenes y a los ancianos y que se interesa «sólo por los grupos etarios medios en condiciones de consumir», hace que «se desperdicie la fuerza de la juventud y la memoria de los mayores». «Si a diez cuadras del Vaticano se muere un anciano de frío o hambre no sale en ninguna noticia, mientras que si cae dos puntos la bolsa en Londres o Nueva York, la repercusión es mundial», reflexionó el ex arzobispo de Buenos Aires. En sintonía con este pensamiento, Guarco planteó que el cooperativismo «es una valiosa herramienta para cambiar dicha situación» ya  que desde siempre ha procurado «satisfacer las necesidades de las personas y priorizar su calidad de vida». «Esto es lo que defendemos quienes hemos adoptado el cooperativismo como forma de vida, a la vez que sostenemos que la búsqueda de una sociedad más justa y más equitativa va en línea directa con lo que plantea el Evangelio», señaló el presidente de COOPERAR. En tanto, Pauline Green sugirió al Pontífice que en sus encuentros con dirigentes mundiales plantee la importancia de promover el cooperativismo como un modelo empresarial que contribuye a erradicar la pobreza. En este sentido, Francisco resaltó el proyecto del movimiento cooperativo hacia 2020 y le encomendó al Consejo Pontificio para la Justicia y la Paz –órgano que se ocupa de la promoción internacional de la justicia, la paz y los derechos humanos– que se encargue de establecer y reforzar los lazos entre la Iglesia Católica y el movimiento cooperativo. Para iniciar ese vínculo, el padre Guillermo Torre se entrevistó días después con Flaminia Giovanelli y Paulo César Barajas García, miembros del mencionado consejo.

Obsequio. Guarco entregó al Papa productos de cooperativas argentinas.

«El encuentro, tanto con el Papa como con los representantes del pontificio, fue muy positivo. El Santo Padre recibió con mucho entusiasmo las ideas de la cooperación y valoró la tarea que realiza el movimiento en un contexto de crisis mundial», manifestó el párroco, quien conoce a Bergoglio por su tarea pastoral en las villas de Buenos Aires. «Las líneas de pensamiento de la Iglesia Católica son comunes al espíritu del cooperativismo y la labor que desarrollan sus entidades. Se puede decir que se camina en un mismo sentido», añadió. Según López, el Pontífice expresó que el movimiento no sólo debe ocuparse de resolver necesidades locales o puntuales, sino que «tiene que transmitir un mensaje esperanzador para la humanidad en general. Es decir, debe proponerse como alternativa al modelo neoliberal».  «El Papa parecía un cooperativista más al hablar –aseguró Guarco–. Esta audiencia con uno de los líderes mundiales más influyentes definitivamente fue un hecho trascendental para todo el movimiento cooperativo. Fue el punto de partida para un nexo directo con el Vaticano para iniciar un trabajo en conjunto», concluyó el dirigente.
Al final de la reunión, el titular de COOPERAR le entregó al Papa varios obsequios: un bolso matero de cuero con la leyenda «Las cooperativas construyen dignidad», confeccionado por la cooperativa de trabajo Kbrones, la primera empresa cooperativa argentina conformada en contexto de encierro; paquetes de yerba mate elaborada por los productores de la cooperativa Santo Pipó; libros editados por Intercoop (entidad que promueve el estudio y difusión de la doctrina cooperativa); y una escultura metálica que simboliza el mundo tomado por dos manos unidas con la frase «Cooperación es el otro nombre de la Paz», realizada por la cooperativa La Metalúrgica.

 

Abriendo caminos
Según informaron sus dirigentes, además del contacto que se estableció con el Vaticano, COOPERAR está impulsando relaciones con la Vicaría Episcopal para la Pastoral en Villas de Emergencia. «Este encuentro fue recibido con mucha satisfacción por el movimiento cooperativo. Estamos en el momento de mayor visibilidad del cooperativismo argentino y debemos generar  y extender  los lazos con otros sectores, más allá de los credos y las ideas políticas», dijo Guarco. «Estamos convencidos que el movimiento cooperativo tiene mucho para ofrecer y que es una valiosa herramienta para transformar la sociedad», agregó López. Reforzando esta idea, el sacerdote de la parroquia Cristo Obrero de la Villa 31, fundada por el padre Carlos Mujica, sostuvo que la práctica cooperativa «es algo cotidiano en las villas». «En estos barrios se trabaja permanentemente la solidaridad, la ayuda mutua, el esfuerzo mancomunado para progresar dignamente. Aquí la gente quiere ser protagonista de su futuro sin depender de otros sino de sus propias capacidades y posibilidades. Eso es algo que le da valor al ser humano–destacó Torre–, que lo dignifica no sólo para vivir mejor sino también para crecer como persona».

Silvia Porritelli