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La horma justa

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La actividad, desarrollada por empresas pequeñas, depende de medidas de protección de la competencia externa. En ese contexto el sector creció en la última década.

 

Plan 2020. El programa prevé alcanzar una producción de 200 millones de pares, exportar 50 millones y sumar 12.000 nuevos empleos. (Horacio Paone)

Es una actividad mimada que respondió a las expectativas y aprovechó los extremos cuidados. El sector del calzado exhibió en los últimos años un fuerte crecimiento producto de políticas destinadas a proteger la industria local e impedir el ingreso irrestricto de importaciones. Los resultados fueron un incremento histórico de la producción nacional, como así también en la generación de puestos de trabajo, en las exportaciones e importantes mejoras en diseños de calidad. Entre los aspectos a destacar se encuentra el salto en la producción: desde 2003 hasta 2012 la manufactura de calzado nacional aumentó un 140%, con 120 millones de pares, y que en la actualidad emplea a unos 95.000 trabajadores, de acuerdo con datos provistos por la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa (Sepyme).
En lo que va de 2013 también muestra un buen comportamiento. En el primer bimestre del año, las exportaciones de la cadena ascendieron a 130 millones de dólares, con una balanza comercial superavitaria. Los controles al ingreso de calzado proveniente principalmente de China a precios de dumping permitió la recuperación de un sector operado casi en su totalidad por pequeñas y medianas empresas. Las únicas excepciones se encuentran en el segmento de calzado deportivo, donde operan marcas de perfil internacional que en algunos casos mantienen puntos de fabricación en el país. Es el caso de Asics, el gigante japonés que comenzará a fabricar este año en la ciudad bonaerense de Las Flores, desde donde exportará hacia Brasil y los Estados Unidos.
La mejora en los indicadores del sector abarca a toda la cadena productiva y no sólo a la fabricación de pares. Es decir, la mayor actividad aumentó la demanda de insumos, como el cuero, que anteriormente se exportaba con escaso valor agregado. Desde 2003 el Valor Bruto de Producción (VBP) se incrementó en un 321%, a un promedio anual del 17%. El VBP es el valor total de bienes y servicios producidos por una economía o actividad durante un cierto período, en este caso, toda la cadena de calzado. En base a los lineamientos del Plan Estratégico Industrial 2020 –delineado en el ámbito público-privado– el sector prevé asegurar el abastecimiento del mercado interno acompañando el crecimiento de la demanda, sustituir importaciones y asegurar una política integral de toda la cadena.
En 2012, el consumo per cápita mejoró 103% y se ubica en 3,4  pares, según cifras de la Cámara de la Industria del Calzado (CIC). Desde 2003 se crearon más de 32.000 puestos de trabajo, con un incremento promedio anual del 5%. La participación de la industria nacional en el mercado interno durante 2012 fue de 85%, mientras que el restante 15% fue abastecido por productos importados, según datos oficiales.
Las exportaciones del año pasado ascendieron a 897 millones de dólares y la balanza comercial fue superavitaria en 523 millones. Del total de las ventas al exterior, el 67% tiene como destino el Mercosur, el 15% se dirige a Chile y el porcentaje restante hacia Estados Unidos, Bolivia y Colombia.
La cadena contempla, además del cuero como materia prima, maquinaria de rebajar, dividir, cortar, armar y grabar tiras; actividades de pintado, escalas de sistema  cad-cam, tejidos, corchos naturales, rafias, telas rústicas, tiras de yute, bases de madera y eva, de acuerdo a la Cámara Argentina de Industriales Proveedores de la Industria del Calzado (CAIPIC).

 

Próximos pasos
«Creemos que el sector necesita en esta etapa de crecimiento incesante un programa de estímulo para un desarrollo con futuro, que genere en nuestros industriales una meta referencial, renueve sus expectativas y se entrelace con los planes impulsados por el gobierno nacional», señaló Alberto Sellaro, titular de la CIC. La cámara, en este sentido, presentó una propuesta de régimen para el desarrollo de la industria del calzado y el incremento de las exportaciones, que prevé un esquema de generación y aplicación de créditos fiscales blandos tendientes a fomentar el desarrollo de la cadena productora de calzado. La propuesta del sector busca impulsar las exportaciones, las inversiones en bienes de capital nuevos e instalaciones afectadas directamente al proceso productivo, la investigación y desarrollo y el incremento del empleo registrado. Contempla además, aportes no reembolsables, prácticas de entrenamiento y calificación de puestos de trabajo y financiamiento privado a mediano y largo plazo.
Por su parte, las cámaras junto con el Ministerio de Industria nacional desarrollaron el Plan Estratégico Industrial 2020 para el sector, que prevé alcanzar una producción de 200 millones de pares –80 millones de alta gama– e incorporar a 12.000 nuevos trabajadores, lo que significaría un incremento del empleo del 14% respecto a 2012. En cuanto a las exportaciones, al 2020 se prevé vender a mercados extranjeros 50 millones de pares (35 millones de alta gama y 15 millones de pares de otros usos), lo que arrojaría un salto del 294% respecto de 2012; al mismo tiempo que importar 36 millones de pares, en el marco de una balanza comercial superavitaria.
Varios programas ya están en marcha. Uno de ellos es el de vinculación diseñador-empresa (Industria, CIC y CIMA), que supervisa la vinculación de cada diseñador con las industrias del sector. Cada una de las diez empresas que participa en el programa está desarrollando una nueva colección de diez productos. El sector marroquinero se incorporó al proyecto durante el segundo semestre de este año. También está en proceso el programa de asistencia técnica en tecnologías blandas (INTI + Experto PYME), que incluye la aplicación de tecnologías de gestión orientadas a generar incrementos en la productividad y rentabilidad de las empresas.

Cristian Carrillo