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A la pesca con redes locales

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Las pymes buscan su lugar en un sector extranjerizado y concentrado. La acuicultura y su participación en el proceso. Crecen las exportaciones de firmas de capital nacional.

 

Flotas marplatenses. En la actualidad capturan el 80% de la producción total bonaerense, y la merluza es la principal especie. (Archivo Acción)

En los últimos años pequeñas y medianas empresas fueron ganando espacio en la actividad pesquera. Este sector evidencia, principalmente a partir de los años 70, una fuerte presencia de empresas extranjeras con permisos para operar en la plataforma marítima argentina. En la actualidad, según datos brindados por la Subsecretaría de Pesca de la Nación, existen 740 buques pesqueros con permiso nacional vigente, a los que deben agregarse aquellos buques con permiso exclusivamente provincial. Este segmento empresario no solo busca captar una parte del mercado –que hoy representa un 2% de la producción total– sino que además apuesta a la cría de peces de agua dulce.
La pesca comercial es una actividad económica con expectativas de futuro por la importancia de los recursos pesqueros. Argentina cuenta con un extenso litoral marítimo con 4.700 kilómetros de costa, además de las aguas continentales y la acuicultura. La creación de puestos de trabajo directos e indirectos en el desarrollo de la economía local y el valor agregado en productos manufacturados o en conservas u otras formas de preparación son, sin duda, la manera más eficaz de encontrar el camino para desarrollar adecuadamente esta actividad. Si bien la producción consiste en la explotación de recursos naturales renovables, la actividad requiere ser adecuadamente administrada con el fin de preservarlos para futuras generaciones.
La etapa de fomento de la actividad tuvo lugar a partir de 1976, motivada por la situación internacional y acompañando regímenes legales internos y de promoción. Al mismo tiempo se consolidó a nivel global el derecho patrimonial sobre aguas jurisdiccionales, ampliadas a 200 millas marinas de la costa. El segundo momento de crecimiento de la flota nacional fue en la década del 90 debido al aumento en el número de buques de firmas extranjeras y a su consecuente potencial de pesca.

 

El anzuelo
En la actualidad las flotas marplatenses capturan el 80% de la producción total bonaerense. La principal especie es la merluza, que representa un 60% de la pesca. También se capturan otras especies como la anchoíta, el abadejo, el gatuzo y la pescadilla. Entre los crustáceos, el más popular es el langostino, mientras que entre los moluscos predomina el calamar, según la Dirección de Economía Pesquera de la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura de la Nación. Las exportaciones alcanzaron un nuevo máximo histórico en 2014 al acumular ventas externas por un monto de 1.500 millones de dólares.  En cantidad, el pico máximo fue en 1997, cuando se capturó algo más que 1,34 millón de toneladas entre pescados, crustáceos, moluscos y otras especies. Además del crecimiento de las exportaciones en toneladas y en divisas, los productos del caladero nacional registraron, gracias a sus cualidades y características que los distinguen globalmente, una suba del 0,9% en su valor. Sin embargo, el sector debió replantear sus políticas de explotación y aplicar normas de pesca responsable para un desarrollo de la actividad sustentable, señalaron desde las cámaras del sector. En este aspecto es vital la participación de las pymes. Pese a representar apenas el 2% de la captura, su actividad está centrada en los ríos Paraná, de la Plata y Uruguay, donde se consiguen grandes cantidades de sábalo, pejerrey, surubí, dorado y patí. En los lagos patagónicos se destaca la siembra de salmones y truchas. Mientras que la pesca comercial en lagos y lagunas carece de relevancia para la actividad según información difundida por el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto. La acuicultura se ocupa del cultivo de peces y crustáceos de agua dulce, moluscos bivalvos marinos –como la ostra y especies de mejillón–, además de anfibios y reptiles acuáticos. El bajo costo requerido y la reducida escala de producción convierte esta actividad en un nicho ideal para la pequeña empresa. En el cultivo de peces se utilizan especies tales como truchas, pacú, surubí, tilapia, carpa común, cabezona y plateada y amur. Está en experimentación el cultivo de sábalo, randiá, pacú y tilapia con bajo volumen de producción. También existen numerosas producciones en tierra utilizando tanques y raceways –sistemas de flujo continuo–, desarrolladas por pequeños y medianos productores vinculados generalmente con rutas turísticas, tanto en el norte –en las provincias de Salta, Jujuy–, centro –Córdoba– y el sur –en las localidades de Bariloche y El Bolsón en la provincia de Río Negro, y en Tierra del Fuego.
Fuera de este nicho, operado por pequeños emprendedores, en la actividad de pesca tradicional también hay lugar para las pymes. Los 740 buques pesqueros con permiso nacional se distribuyen en 186 unidades rada o ría, 122 son costeros y 137 fresqueros de altura. Las firmas procesadoras cuentan con 122 congeladores arrastreros, 87 congeladores poteros y 17 buques factorías. Durante los últimos cinco años, gracias a un régimen especial, se encuentran operando buques poteros charteados por empresas nacionales para capturar calamares en cantidades variables cada año. Su tripulación llega hasta 10 integrantes y operan con limitada autonomía. La capacidad de sus bodegas se ubica entre 18 y 40 toneladas, de acuerdo con cifras del sector.

Cristian Carrillo

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