Ladrillo sobre ladrillo

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Hace más de 20 años nació la cooperativa de vivienda Horizonte. Tras superar momentos difíciles, hoy tiene 300 asociados y gestiona microcréditos junto con el IMFC.

 

En proceso. Una de las viviendas que está construyéndose con recursos de la cooperativa en Roldán, localidad al oeste de Rosario. (Cooperativa Horizonte)

Los inicios de la Cooperativa de Vivienda, Consumo y Servicios Asistenciales Horizonte de la ciudad de Rosario están marcados por un gesto solidario: corría el año 1994 y un grupo de 15 personas, la mayoría de ellas enfermeros empleados de PAMI, decidieron agruparse con el objetivo común de ayudar a una compañera de trabajo a construir su casa. Este fue el comienzo de una cooperativa que desde entonces trabaja por resolver uno de los problemas más acuciantes de las últimas décadas: la dificultad de acceder a la vivienda por parte de los sectores asalariados. A eso le siguió el desafío de generar recursos propios, ya que, como subraya Néstor Di Pato, actual presidente de Horizonte «los créditos hipotecarios que nos ofrecían eran capaces de chuparle la sangre a los trabajadores». También surgía el desafío de consolidar un espacio de participación democrática que fuera capaz de tejer vínculos estratégicos con otras instituciones del movimiento social y cooperativo y sirviera para apuntalar el sueño de la casa propia. Así, convencidos de que en la acción colectiva estaba la clave para lograr esos objetivos, se fue conformando Horizonte, un proyecto en continuo crecimiento que hoy cuenta con más de 300 asociados y es un modelo de organización que además de ofrecer soluciones habitacionales, también permite financiar el desarrollo de emprendimientos productivos, el consumo, la refacción o ampliación de inmuebles y la realización de viajes turísticos. Los servicios y beneficios que brinda la cooperativa incluyen la atención mecánica de vehículos, el servicio de sepelio, becas escolares (se reconoce el 50% del costo de los libros escolares), peluquería y  asesoramiento jurídico y en arquitectura gratuito.
«Nos costó muchos años y mucho esfuerzo consolidar una institución que respete las banderas cooperativas. Estábamos habituados a trabajar en relación de dependencia y tuvimos que aprender, y seguimos aprendiendo, a través del contacto con otras experiencias asociativas, de la puesta en marcha de distintos tipos de proyectos y de un continuo proceso de formación cooperativa que busca asimilar los errores. Esa convicción hizo que salgamos de la crisis de 2001 fortalecidos, ya que estuvimos para dar respuestas y generamos credibilidad en momentos que fueron muy difíciles para muchas familias», puntualiza Di Pato.

Crecimiento
El presidente, por otra parte, hace hincapié en el desarrollo de la cooperativa en los últimos años. Hasta 2007 Horizonte tuvo un promedio de 50 socios y un sistema de cobro puerta a puerta, pero a partir de entonces implementó un sistema de descuento por recibo que le brinda mayor estabilidad económica y permite respaldar el desarrollo de nuevas iniciativas. En tal sentido, Stella Collaud, tesorera de Horizonte, pone de relieve que «el principal motor de la cooperativa es el aporte de los socios, y nosotros debemos responderles brindando servicios de calidad y estimulando la participación. Es necesario hacer conocer el significado de la tarea cooperativa y concientizarnos de los desafíos que tenemos por delante». Asimismo, Collaud destaca la necesidad de seguir generando lazos solidarios con otras organizaciones de la economía social para potenciar la actividad cooperativa y ampliar la generación de alternativas para los sectores más vulnerables de la sociedad. En la actualidad, Horizonte es una de las organizaciones ejecutoras, junto con la filial Litoral del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, la cooperativa de telecomunicaciones Funescoop y  la  cooperativa periodística La Masa, del Programa de Microcréditos impulsado por el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Desde el año 2006, el programa brinda herramientas financieras a emprendedores sin posibilidades de acceder al crédito bancario. «Esta política pública nos ha permitido acompañar distintos tipo de proyectos productivos y conocer mejor las demandas existentes. Visitar a los emprendedores y comprender las diversas realidades también forma parte del aprendizaje diario y el compromiso asumido hace más de 20 años», señala Di Pato a la hora de describir lo que vienen realizando en el marco del Programa de Microcréditos, ayuda financiera que los miembros de Horizonte decidieron destinar a emprendedores no asociados a la cooperativa. Un gesto que se condice con aquella sensibilidad por las necesidades sociales que marcaron los inicios de la cooperativa rosarina.

Lautaro Cossia

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