Las nuevas tendencias

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A pesar de la compleja situación mundial, el turismo sigue siendo un sector en crecimiento, con un gran dinamismo y generador de fuentes de empleo, inversión y, en términos generales, con impacto positivo en las regiones que abarca, en lo económico, social y cultural. La Organización Mundial de Turismo (OMT) informó que se alcanzaron 1.500 millones de llegadas de turistas internacionales, consolidando los fuertes resultados de 2017-2018. Hasta ahora, los impulsores de estos resultados han sido una economía fuerte, viajes aéreos accesibles, una mayor conectividad aérea y facilidad de visas. Sin embargo, los indicadores económicos más débiles, la incertidumbre prolongada sobre el Brexit, las tensiones comerciales y tecnológicas y los crecientes desafíos geopolíticos han comenzado a afectar la confianza en las empresas y en los consumidores. A nivel nacional, se destacó la llegada de turistas brasileños, luego, del resto de América y, finalmente, los europeos. En un país como el nuestro, que cuenta con bellezas naturales desde las Cataratas del Iguazú hasta Tierra del Fuego, con mares, lagos y montañas, «la industria sin chimeneas», como se define al turismo, es una importante generadora de divisas. No cabe duda, además, de que a partir de la Ley de Solidaridad y de Reactivación Productiva se generará un crecimiento muy importante del turismo interno, que impactará en el empleo, la producción y el desarrollo para nuestro país y sus habitantes. El crecimiento del turismo en todos sus tipos –convencional, cultural, social, ecológico, rural, científico, aventura, gastronómico, histórico– ha sido significativo en estos últimos tiempos. Asimismo, se destaca el turismo de bienestar, que ha comenzado a tener un desarrollo importante. Aquí se involucran servicios de spa, pileta, gimnasio, biodanza, yoga, meditación, entre otras actividades. Esta modalidad está orientada a dos sectores: el público en general y el mundo empresarial. La superpoblación de las grandes urbes y la dependencia de las nuevas tecnologías hicieron que el turismo de bienestar creciera en el mundo entero. El objetivo primordial es realizar actividades para sentirse bien y descansar. Dicho de otro modo, sentirse bien con uno mismo en un estado de equilibrio pleno, incorporando las nuevas técnicas de las llamadas medicinas alternativas. Por un lado, la tendencia general al aumento de la esperanza de vida ha generado que haya una gran cantidad de personas de edad avanzada que aún son activas y buscan mejorar su salud a través de este tipo de turismo. Actualmente, la gente ha tomado más control sobre su salud en temas de alimentación, ejercicios y bienestar mental. Además, la obesidad, la diabetes, los problemas cardiovasculares, entre otras enfermedades, afectan a gran parte de la población y están asociadas al estrés, la mala alimentación y la vida sedentaria. En tanto, la depresión y el sentimiento de soledad están creciendo en forma generalizada. Los programas de pérdida de pes y desintoxicación son los más populares, sin embargo, el objetivo que más frecuentemente se busca es la salud mental. Los spa representan más del 40% del turismo de bienestar que incluye, como ya se ha mencionado, al turismo empresarial. La lentitud, la baja productividad, las discusiones innecesarias y el agotamiento constante son algunos de los efectos negativos del estrés en el ámbito laboral. Vinculado con este fenómeno, se implementó un servicio turístico nuevo: el retiro empresarial. Consiste en jornadas que van de un día a tres, según el programa elegido, donde los integrantes de la empresa adquieren conocimientos prácticos que los llevan a reducir el estrés provocado por las diferentes situaciones laborales, además de orientarlos a mejorar su salud y bienestar, lo que los lleva a mejorar sus vínculos y desarrollos laborales. En suma, incorporar a las prestaciones tradicionales estas nuevas tendencias turísticas es el desafío por enfrentar para consolidar el crecimiento del turismo como actividad económica generadora de trabajo y desarrollo local.