15 de junio de 2016
En 2005 una organización de escritores profesionales llamada Authors Guild demandó a Google Books. Este servicio, que ya lleva digitalizados más de 25 millones de libros, permite acceder a fragmentos de los textos y enlaza una compra virtual de los mismos cuando están disponibles. Los escritores acusaban a la empresa de hacer un uso comercial de sus contenidos. La justicia falló indicando que se trataba de un «uso justo», figura que se utiliza, por ejemplo, para realizar citas sin necesidad de pedir permiso al autor. La organización apeló, pero la Suprema Corte de los EE.UU. rechazó el pedido en abril último. El fallo, alegan desde Authors Guild, sienta un pésimo precedente: «Estamos presenciando una vasta redistribución desde el sector creativo al tecnológico». Por su parte, desde la corporación aseguraron que todos estaban mejor gracias a que Google Books «da a los lectores una novedosa forma de encontrar libros interesantes».