Sin categoría

Los muchachos feministas

Tiempo de lectura: ...

Aspiran a democratizar las relaciones entre los géneros y acompañan las luchas del movimiento de mujeres por la legalización del aborto y contra la explotación sexual. «Somos varones, no machos», aseguran.

 

Banderas. Los integrantes de la organización participa en marchas contra las distintas formas de violencia hacia las mujeres.

Ni machos ni fachos» es una de sus consignas. Les ha tocado en suerte un lugar privilegiado en el reparto de poder y otros bienes entre los géneros y, aun así, luchan contra esa desigualdad y aspiran a democratizar las relaciones entre varones y mujeres. Están en contra de la prostitución, denuncian los femicidios, la trata y la explotación sexual, la criminalización del aborto y la heterosexualidad obligatoria.
La organización de centenares de grupos políticos feministas a nivel nacional viene creciendo desde hace varias décadas. En ese contexto de gran participación política, de la lucha por la diversidad sexual y derechos de la mujer, un colectivo masculino propone una pregunta crucial: ¿Cuál es el rol de los varones en la liberación femenina?
Son los Varones Antipatriarcales, un colectivo que nació en La Plata, allá por 2010. Un grupo de jóvenes dio el primer impulso, a partir de preguntas sobre cómo se construye la masculinidad, y la experiencia comenzó a muliplicarse en distintos puntos del país. Un formato de taller intinerante permitió obtener participación en provincias como Mendoza, San Luis, Neuquén, Misiones, Córdoba, Rosario y Buenos Aires.

 

Reflexión colectiva
La idea de realizar talleres abiertos está en el origen de esta organización, porque permitió una reflexión colectiva a partir de experiencias personales. «Desandar colectivamente el camino del patriarcado es lo que nos fortalece», comenta Alejandro Aymú, de la ciudad de Buenos Aires. «Trabajamos con una perspectiva de educación popular, aprovechamos la idea de que todos tenemos un saber que viene con nosotros», agrega.
La idea de «deconstruir la masculinidad» genera inquietudes porque, aseguran, el modelo patriarcal reprime a toda la sociedad, no sólo a la mujer. Sigue Aymú: «Siempre existe un motivo por el cual uno no puede llegar a ese “modelo”, y para los patrones patriarcales heteronormativos, cualquier varón que no cumpla con esas exigencias termina siendo estigmatizado. Un descalificativo muy común y legitimado socialmente es el de decir “puto” a todo aquel que se atreva a romper con determinadas normas. A veces, es el propio sistema capitalista y su economía la causa de que ese modelo no pueda sostenerse. La situación de precarización laboral y la desocupación hacen que la versión del hombre proveedor de la casa se caiga sola». La década del 90 y sus crecientes tasas de desocupación fueron un triste ejemplo de este fenómeno y del modo en que las condiciones socioeconómicas pueden repercutir en la subjetividad y en la vida familiar. Es frecuente que, al tener que enfrentar una situación de desempleo, un varón que cumplía el rol de cabeza de familia se desmorone anímicamente, se sienta «menos hombre», como si en ese rol de proveedor económico radicara la digna masculinidad.
Luego de decenas de talleres en todo el país, en 2012 se realizó en Haedo el primer Encuentro Nacional de Varones. Fue la concreción de un camino que empieza a difundirse, como el Encuentro de Mujeres, en todo el ámbito nacional.

 

Paredes que hablan
Además de la búsqueda personal, del debate y la participación en talleres, Varones Antipatriarcales propone la intervención en el espacio público acompañando los reclamos históricos del movimiento de mujeres. El colectivo participa activamente en la campaña por la despenalización del aborto, en distintas acciones contra la violencias hacia las mujeres, y en el Frente Abolicionista, que busca terminar con el sistema prostituyente.
Si bien este avance en las luchas de género hoy es incuestionable, llama mucho la atención la falta de receptividad de los grandes partidos y organizaciones políticas para incorporar a sus agendas las reivindicaciones del movimiento de mujeres
Casos que lograron gran repercusión mediática, como el femicidio de Wanda Taddei a manos de Eduardo Vázquez, ex baterista de Callejeros, y la lucha de Susana Trimarco por encontrar a su hija Marita Verón, víctima de redes de trata, lograron instalar el tema de la violencia de género en los medios de comunicación. Sin embargo, estas problemáticas no son todavía consideradas como cruciales en la agenda de las organizaciones políticas.
Según los Varones Antipatriarcales, un militante que se sube a dar un discurso contra el capitalismo y luego, puertas adentro de su casa, oprime –de formas abiertas o sutilmente violentas– a su familia no deja de ser un opresor. Como lo proclaman ya varias paredes de distintas ciudades del país: «No se puede hacer una revolución si más de la mitad de la población esta oprimida».

—Texto y foto: Facundo Nívolo

Estás leyendo:

Sin categoría

Los muchachos feministas