La concentración de la producción agropecuaria, las importaciones y el deterioro del consumo complican al sector. El trabajo de universidades y horticultores locales abre una alternativa en el campo de los alimentos orgánicos para exportación.
14 de noviembre de 2018
Eslabones. Emplea a 350.000 trabajadores y produce más de 10 millones de toneladas por año. (SUBCOOP)La eliminación de retenciones a los productos agropecuarios con mayores ventajas relativas, la devaluación de la moneda y el incremento de las tasas de interés como política económica del gobierno desde hace tres años fueron una sentencia de muerte para la agricultura familiar y particularmente para la producción de hortalizas. Paradójicamente, crecen –como nicho al interior de este segmento de verduras, frutas y hortalizas– los alimentos orgánicos. Con más de tres millones de hectáreas certificadas, Argentina ocupa el segundo lugar en el ranking mundial de producción orgánica.
«La devaluación nos perjudica muchísimo. Por un lado porque toda la producción va al consumo local y con la depreciación de la moneda argentina nos incrementa los costos directos en semillas y en agroquímicos importados. Por otro lado, el bolsillo de los argentinos se ha achicado y cuando tengan que ir a comprar verduras o frutas, van a ser artículos de lujo para la gente», denunció Juan Domingo Roitman, productor agropecuario de la ciudad de Fernández, en Santiago del Estero. En el caso de verduras, frutas y hortalizas el problema principal es el ingreso de importados, ya que es una actividad enfocada principalmente al mercado interno. «En relevamientos realizados entre consumidores aparecen algunas pautas que permiten proyectar un crecimiento del consumo de frutas y hortalizas de casi 200 gramos diarios», afirmó Mercedes Nimo, directora nacional de Alimentos de la Secretaría de Agroindustria de la Nación. Desde la cartera llevan adelante una campaña para incentivar el consumo de este tipo de alimentos, buscando elevarlo a 400 gramos diarios per cápita, en línea con la Organización Mundial de la Salud que recomienda consumir 700 gramos de frutas y hortalizas por día. Alrededor de 62 entidades, entre organismos públicos provinciales, cámaras empresarias, instituciones y empresas firmaron la adhesión a la campaña. Sin embargo, cualquier iniciativa de promoción sin apoyo concreto de financiamiento productivo poco puede hacer ante un consumo interno en constante retracción.
Dispersos, pequeños pero productivos
Históricamente la horticultura tuvo importancia social y económica a través de su contribución decisiva para la alimentación de la población, su gran capacidad para satisfacer la demanda interna y su contribución al Producto Interno Bruto. Los productores se hallan dispersos en la enorme geografía del país y aplican sistemas de producción propios de las pymes, mayoritariamente de origen familiar. El sector emplea a 350.000 personas solo en el eslabón productivo y abarca una superficie de 600.000 hectáreas, con registros de producción anual que supera los 10 millones de toneladas, de acuerdo con datos de la Dirección de Industria Alimentaria. Papa, tomate, cebolla, batata, zapallo, zanahoria, lechuga y ajo representan el 65% de la producción hortícola, mientras que la acelga, la mandioca, el zapallito, el choclo, la berenjena y el pimiento participan del 20% y las demás hortalizas del restante 15%, según el último Censo Agropecuario. En los últimos años el trabajo de investigadores y centros de producción logró hacer crecer el segmento de los alimentos orgánicos, con foco en la exportación. Según estadísticas del SENASA, la producción orgánica en el país muestra un crecimiento interanual de 3%, con un aumento de 13% por año en sus exportaciones, cuyos principales destinos son Estados Unidos, la Unión Europea, Suiza y Japón. La Secretaría de Agroindustria informó recientemente que nuestro país cuenta con 1.157 operadores primarios, 349 elaboradores y 111 comercializadores certificados; 204.000 hectáreas destinadas a la producción vegetal, 77.042 hectáreas cosechadas y más 176.000 toneladas exportadas.