7 de septiembre de 2017
El 30 de agosto el diario ABC de Madrid puso en su portada una foto de una vía muerta para graficar que la intención catalana de realizar un referendo por la independencia el 1º de octubre terminará chocando contra una valla.
El conservador ABC refleja el sentimiento del gobierno de Mariano Rajoy en Madrid, que no permitirá de ninguna manera la realización de la consulta. Sin embargo, existe una gran diferencia entre lo que quieren en Madrid y lo que quieren en Cataluña. Los catalanes no están declarando su independencia de manera unilateral sino proponiendo una consulta para saber si la mayoría desea construir un Estado independiente en forma de República según reza la pregunta planteada en el plebiscito. La disputa entre dos poderes es lo que lleva a pensar en un choque de trenes. Por un lado, está el gobierno catalán que insiste en que la consulta es legal. Por el otro, el gobierno central de Rajoy que va a utilizar los mecanismos constitucionales del Estado nacional para evitarlo. Además, cuenta con el apoyo de casi todos los medios de comunicación que resaltan la ilegalidad de la consulta. Este choque de poderes podría derivar en un enfrentamiento si el gobierno catalán decidiera no acatar las decisiones del Tribunal Constitucional de España y persiste en su idea de realizar el referendo. Los atentados que sacudieron Cataluña no frenaron el impulso independentista, apenas lo pusieron en un breve compás de espera. La presencia del rey Felipe VI y de Mariano Rajoy en los actos de repudio a los atentados en Barcelona no apaciguó a los catalanes que ondearon su bandera para distanciarse de la monarquía y las autoridades españolas. Nadie puede asegurar que los independentistas triunfarán en el referendo, pero desde Madrid nadie está dispuesto a apostar que lo perderán.
