Manos en la masa

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En 2005 un grupo de trabajadores reactivó una de las fábricas fideeras más importantes de Quilmes. Hoy enfrentan el desafío de seguir creciendo de manera autogestiva.

 

Producción. La fábrica elabora 2.000 kilos de pasta seca por semana. (Walter Sangroni)

La Cooperativa Elaboración Fideera Argentina fue creada en 1948 por un grupo de obreros de la localidad bonaerense de Quilmes. Más conocida como Pasta Sur –marca comercial de los productos– elaboró fideos secos artesanales durante casi 50 años. En 1963, luego de la fusión con otra cooperativa, adoptó el nombre de Establecimientos Fabriles Argentinos, Cooperativa de Trabajo Consumo y Vivienda. «A partir de ese momento la cooperativa avanzó mucho, pudo equiparse mejor y comprar su propio edificio», cuenta Juan Marchetto, ecretario de la entidad.
En esos primeros tiempos de crecimiento se ampliaron instalaciones y se incorporaron maquinarias para responder a la progresiva demanda del mercado. En su momento de mayor esplendor, la fábrica llegó a producir alrededor de 100 toneladas de fideos por mes. Pero ese ritmo ascendente comenzó a truncarse de a poco con el desmantelamiento de la estructura productiva del país iniciado por la última dictadura militar y profundizado por el gobierno menemista en la década del 90. En aquel entonces, Pasta Sur tenía como uno de sus principales clientes a El Hogar Obrero. Esta entidad pionera del movimiento cooperativo, fundada en 1905 por el socialista Juan B. Justo y que alcanzó a tener una red de 300 supermercados distribuidos en diferentes puntos del país, también fue afectada por el neoliberalismo que predominó en la economía nacional en aquéllas décadas y se vio obligada a abandonar su actividad vinculada con el consumo. La caída fue letal para buena parte de sus proveedores, entre los que se encontraba Pasta Sur.  «En 1995, al no poder hacer frente a los reclamos judiciales que tenía, la empresa cerró y vendió buena parte de su equipamiento para saldar todas las deudas que se acumularon», explica Marchetto.
Diez años después, un grupo de 12 trabajadores decidió recuperar la vieja planta elaboradora, una importante fuente laboral para la zona de Quilmes. No fue un proceso sencillo, dado que tuvieron que restaurar las instalaciones y reparar y acondicionar las pocas maquinarias que quedaban en el lugar.  Debían adaptar las instalaciones a los nuevos tiempos, ya que la mayoría de las máquinas no servía para los actuales procesos de elaboración de fideos. Sin embargo, lograron salir adelante y hoy disponen de una amplia variedad de productos. «Desde que pusimos en marcha el viejo establecimiento elaboramos una amplia variedad de pastas secas: fideos secos semolados, al huevo, huevo y espinaca y huevo y zapallo, entre otras», señala Marchetto. Asimismo, destaca: «La calidad de nuestras pastas artesanales casi no se consigue en el mercado y mucho menos al precio que las vendemos nosotros; son productos elaborados con materia prima de primera calidad proveniente del Valle de Conlara, provincia de San Luis, con propiedades naturales, sin conservantes ni fungicidas».
Los cooperativistas tienen por delante el desafío de aumentar la producción y la venta: si bien cuentan con una capacidad de fabricación de 30 toneladas mensuales, hasta el momento los 12 asociados de Pasta Sur sólo  fabrican unos 2.000 kilos de fideos por semana, fundamentalmente en invierno, la temporada de mayor consumo. «Hace dos años, además de la elaboración de fideos secos, decidimos abrir un local de atención al público para comercializar también pastas frescas, pizzas, empanadas y productos de fiambrería. Lamentablemente nos robaron y tuvimos que cerrar el negocio», comenta Marchetto. Luego de ese siniestro, los trabajadores resolvieron que la mejor forma de colocar su producción era buscar nuevos mercados. «Trabajamos con redes alternativas de venta y distribución colectivas de consumo como Puente del Sur, Caracoles y Hormigas, Comercio Justo de Mendoza, Colectivo Solidario, entre otras organizaciones de la economía social. Por otro lado, nos incorporamos como proveedora del programa Precios Cuidados que impulsa la Secretaría de Comercio de la Nación», explica el secretario de la cooperativa. En ese proceso de integración comprobaron que el crecimiento de la entidad sólo era posible apostando al trabajo junto con otros sectores de la economía social, buscando una mayor articulación con organizaciones que aglutinen a agricultores familiares, pequeñas y medianas empresas, cooperativas y colectivos autogestivos.  Una de ellas es la Federación de Organizaciones de Productores de Alimentos (FOPAL), creada por la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo, que tiene como objetivo fortalecer la capacidad comercial de las asociaciones en todos los eslabones de la cadena productiva del país.
Entre las aspiraciones que tienen los 12 asociados que integran la Cooperativa Pasta Sur están las de incorporar más trabajadores y abrir nuevamente el local de atención al público. «Estamos en el camino de la reconstrucción –concluye Marchetto–, todos hacemos un poco de todo, nos ocupamos de la parte comercial y también amasamos y envasamos. Permanentemente buscamos maneras de optimizar nuestras condiciones de trabajo, tanto en lo técnico como en lo personal».

Silvia Porritelli