Máxima vulnerabilidad

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Campaña. Las víctimas exigen justicia.

«El Próvolo no prescribe» es el lema de la campaña impulsada por la Confederación Argentina de Sordos y otras organizaciones para exigir justicia en la causa que investigaba a dos sacerdotes y un profesor de informática por abusos sexuales y corrupción de menores hipoacúsicos en el Instituto Próvolo de La Plata entre 1981 y 1982 y que fue declarada prescripta por el Tribunal de Casación Penal bonaerense. Los investigados eran los sacerdotes Nicola Corradi –detenido en Mendoza por delitos similares–, Eliseo Pirmati, cuya extradición a Italia fue solicitada en 2019, y el profesor José Brítez. La Justicia había ordenado la detención de los tres en abril del año pasado. Según la fiscalía especial de La Plata, a cargo de Cecilia Cofrield, la «inusitada violencia» desplegada para la comisión de estos delitos no se distingue en nada de «la aplicación de tormentos e imposición de torturas». La prescripción, resuelta el último 6 de noviembre, fue apelada por la fiscalía del Tribunal de Casación, que instó a tener en cuenta «la extrema gravedad de los hechos imputados, el lugar de comisión de los mismos, establecimiento religioso dedicado a la educación de niños con diversas discapacidades auditivas, en la que resultara víctima un menor de edad cuando contaba con solo 8 años, quien se encontraba separado de su familia de origen, en estado de máxima vulnerabilidad».