Militancia cultural

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Ubicado sobre el mítico bar de la avenida Corrientes, el espacio, gestionado de forma cooperativa, ofrece variedad de actividades y una gastronomía con precios accesibles. De la época de gloria del billar a las consignas de la lucha feminista.

Mate club de conversación. Una de las propuestas que más público convoca. (Jorge Aloy)

En su niñez, el mejor plan para Sebastián Masquelet era acompañar a su padre a jugar al billar en la planta alta del bar La Paz, ubicado en el corazón de la avenida Corrientes de la Ciudad de Buenos Aires. Observando y practicando con los que saben, aprendió los secretos para hacer carambolas y tres bandas. En 2015, los dueños del mítico bar decidieron cerrar el salón de billar, con entrada por Montevideo 421, porque no resultaba una actividad rentable. Un año y medio después, aquel niño que pasaba sus tardes entre tacos y paños verdes alquiló el espacio para no dejar morir esa parte de su historia y fundó La Paz Arriba.
«Lo pensamos como un espacio con otras actividades, que no terminara todo en los billaristas, pero al tiempo de estar funcionando la Agencia Gubernamental de Control del Gobierno de la Ciudad nos prohibió que se juegue al billar y tuvimos que reinventarnos para seguir funcionando. De ese modo fue que empezamos a ser un centro cultural y empezamos los trámites para constituirnos en lo que somos hoy: la Cooperativa de Trabajo La Paz Arriba», cuenta Masquelet, su presidente.
En ese empezar de nuevo el local cambió el rumbo y se armó una programación –con actividades a la gorra– de shows en vivo de tango, música celta y brasileña, murga uruguaya, presentaciones de libros, feria de fanzines y de editoriales independientes. También standup, milonga queer, clases de baile, de ajedrez, ciclos de cine y un ritmo que es la sensación del momento: el swing. «Los viernes explota el salón. Cada vez viene más gente a bailar swing y nos queda chico el local», cuenta Florencia Alonso, tesorera y encargada de la programación, entre otras tareas.
El Mate Club de Conversación es otra de las actividades estrella, en el que se reúnen personas que hablan francés, portugués, inglés y alemán a compartir mates con tostadas y practicar idiomas. Para los que van exclusivamente a disfrutar del bar y su gastronomía, la carta ofrece variedad de cervezas artesanales, picadas, pizzas, empanadas y dos platos bien típicos como pastel de papas y guiso de lentejas. «Tratamos que los precios sean accesibles porque queremos que toda la gente que viene pueda consumir. Con esta última devaluación y los aumentos en alimentos tuvimos que decidir dónde aumentar y donde no para que no sea algo privativo», dice Alonso.
La cooperativa está conformada por 15 asociados, que cumplen distintos roles que van desde la administración, la atención al público, la programación, la cocina y el manejo de las redes sociales, el medio principal por el que comunican sus actividades. A principios de este año, la cooperativa accedió a un mesocrédito del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, que le permitió instalar paneles acustizantes en el techo, algo que «mejoró notablemente el sonido dentro del local», afirman los asociados.

Paredes que hablan
Las paredes de La Paz Arriba están empapeladas con consignas por la igualdad de género, la legalización del aborto y la defensa de los centros culturales independientes. «Somos un espacio feminista y diverso en el que trabajamos para que se cumpla la ley de cupo en espectáculos musicales», cuenta Alonso. Las vigilias frente al Congreso Nacional por la aprobación del aborto legal, seguro y gratuito fueron un momento clave en su historia. «Funcionamos como un búnker para cientos de chicas que venían al baño, a cargar agua para el mate, a sentarse un rato a descansar. El día de la votación en el Senado lo transmitimos en el proyector y aunque la ley no se aprobó fue un momento que nos marcó», recuerda María Tavcar, asociada que se encarga del mantenimiento del lugar.
Sin perder la mística que le imponen las mesas de billar, que en el mismo sitio de toda la vida esperan que les levanten la prohibición, La Paz Arriba ha logrado transformarse en un espacio alternativo en el corazón comercial de Buenos Aires.

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