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Más allá del éxito conseguido por el Sub 20 en el Sudamericano de Uruguay, los combinados juveniles afrontan un período de incertidumbre en materia organizativa. Metas y estilos en debate.

 

Futuro. Argentina logró la clasificación al Mundial Sub 20 y a los juegos de Río 2016. (Télam)

Dos de las muchas herencias que Julio Grondona dejó en la AFA al morir resultaron las más difíciles de desactivar para los dirigentes que lo sucedieron, los mismos que lo acompañaban cuando tomaba esas decisiones. Una fue el torneo de 30 equipos, que ya comenzó pero que todavía genera confusión por las idas y vueltas que tuvo en los meses previos. La otra herencia complicada que dejó Grondona fue la estructura de selecciones juveniles, donde sobresale su hijo Humberto, entrenador de la categoría Sub 20 que acaba de ganar el Sudamericano en Uruguay, un título que le valió la clasificación al Mundial de Nueva Zelanda y a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016.

 

Cronología
Cuando días después del fallecimiento de quien fue su jefe durante tres décadas y media, la AFA cerró el contrato de Gerardo Martino como entrenador de la Selección mayor en reemplazo de Alejandro Sabella, una de las condiciones impuestas por el técnico rosarino fue la de tener influencia sobre los equipos juveniles. En la búsqueda de una mejor supervisión del trabajo, con una coordinación aceitada como en los buenos tiempos de José Pekerman, la intención de Martino era ubicar a un hombre de su confianza, Jorge Theiler, en la Sub 20. Pero Grondona había firmado con su padre un contrato hasta diciembre de este año. Ese detalle impidió que los deseos del Tata se cumplieran. Luis Segura, ahora a cargo
de la AFA, no quería ganarse un conflicto con el apellido de su antecesor, por lo que se definió aguardar los tiempos para una transición ordenada. Martino aceptó.
El título en el Sudamericano Sub 20 agrandó las espaldas de Grondona hijo, que se inclinó por la fanfarronería apenas le abrieron los micrófonos. «Me contratan para salir campeón e ir a los mundiales. Es completo el festejo, también por los Juegos Olímpicos. Más no puedo hacer, ahora que se arreglen», dijo. Por si quedaban dudas, agregó durante una charla con radio América: «El técnico de la mayor tendrá que preocuparse por la mayor, por llegar a la final de la Copa América y del Mundo, como yo me preocupé para clasificar a la Argentina al Mundial de Nueva Zelanda. Si yo quiero poner a un amigo lo pongo conmigo, no lo pongo en otro lado».
Enseguida, Grondona hijo aseguró que quien tiene que dirigir a la Sub 23 en Río de Janeiro 2016 debe ser Martino. «Deseo dirigir los Juegos Olímpicos, siempre fue así», respondió el Tata. E insistió sobre la necesidad de su injerencia en las selecciones menores: «El técnico de la Selección mayor tiene derecho a opinar sobre el trabajo de los juveniles». La discusión está puesta en eso, en lo que viene. Todo indica –o mejor dicho: nada indica lo contrario– que Grondona estará a cargo de la Sub 20 en el Mundial de Nueva Zelanda que se jugará entre el 30 de mayo y el 20 de junio, lo que coincidirá con el tramo final de la Copa América que disputarán los mayores en Chile.
De ahí en más comenzarán a barajarse otra vez las cartas para el futuro. Lo que tendrá que discutirse, más allá de los nombres, es cuál es el objetivo de las selecciones juveniles y, por supuesto, cuál es el rol de quienes las conducen. ¿Será solo para eso de lo que se jacta el actual entrenador de la Sub 20? ¿Para clasificarse a mundiales y salir campeón?
Julio Grondona desarmó hace años lo que fue acaso una de sus mejores obras: la estructura que comandó Pekerman y que continuó Hugo Tocalli. Desde entonces, sin un rumbo claro, el recorrido fue a los banquinazos. Y eso tuvo sus consecuencias en los resultados: la Argentina no se clasificó a los mundiales de Egipto 2009 y Turquía 2013, ni tampoco a los Juegos Olímpicos de Londres 2012. En Colombia 2011, con Walter Perazzo de entrenador, se llegó hasta cuartos de final. Si se entiende, por otro lado, que la tarea es formar futbolistas para la mayor, solo un jugador de los que participaron en ese Mundial estuvo a las puertas de Brasil 2014, aunque no llegó a entrar en la lista definitiva: Erik Lamela.

 

Nombres y recambio
El Sudamericano de Uruguay entregó otro panorama. Por lo menos, a nivel individual. Aunque Giovanni Simeone fue el goleador, incluso con una marca histórica para las juveniles, Ángel Correa resultó la gran figura de un equipo que entregó otros dos puntos altos en su funcionamiento: el arquero y capitán, Augusto Batalla, y el defensor Emanuel Mammana. Curiosidad o no, en esa lista subjetiva, salvo Correa, los demás son jugadores de River.
Revisar los nombres será fundamental para lo que viene. La Argentina comenzará su aventura hacia Rusia 2018 con futbolistas que vienen de ser subcampeones mundiales en Brasil pero que engordarán el promedio de edad en el camino. Ese recambio no será abrupto, desde ya, pero es la causa por la cual Martino quiere seguir de cerca lo que suceda por abajo. Se trata también de que todas las selecciones (la Sub 17, que en marzo jugará el Sudamericano de Paraguay, es dirigida por Miguel Ángel Lemme) se formen dentro de un mismo estilo, tengan en la cancha un mismo comportamiento y afuera de ella, en su conducción, una mirada menos cortoplacista.
Grondona hijo parece dispuesto a entregarse a la pulseada. Pero Martino tiene claro lo que quiere. Aunque elogió la tarea del juvenil en el Sudamericano no comulga con la forma de trabajar del actual técnico de la Sub 20. También se sabe que en octubre habrá elecciones en la AFA y es una incógnita –por primer vez en tres décadas y media– quién puede ser el próximo presidente. No será una sucesión automática como las que disponía Grondona padre. Ahí también se jugará el destino de las juveniles, el futuro del futuro.

Alejandro Wall

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