Modelo sanitario

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En una actividad organizada por la filial Litoral del IMFC y la Universidad Nacional de Rosario, la médica e investigadora habló sobre los desafíos de la gestión de la salud pública a través de su experiencia en el Distrito Federal de México.

 

Un derecho, no una mercancía. García, Baclini, Laurell, Sukerman, Pérez y Kohen. (Julieta Pisano)

Los programas que se llevan a cabo en el área de la salud no pueden entenderse al margen de las políticas sociales que llevan adelante los gobiernos. En el año 2000, cuando asumimos el gobierno del Distrito Federal (DF) en México, encontramos a las instituciones públicas en ruinas luego de los sucesivos ajustes fiscales implementados desde la década del 80. Entonces pusimos en marcha un sistema integral, regionalizado y participativo de salud que buscó mejorar las condiciones de vida de los 15 millones de habitantes que poblaban esa región de nuestro país». Con esas palabras abrió su conferencia la médica, investigadora y política de origen sueco y naturalizada mexicana Asa Cristina Laurell, una de las figuras más representativas de la corriente de medicina social de América Latina y secretaria de salud del DF entre los años 2000 y 2006. «El neoliberalismo nos dejó como herencia un sistema de salud desfinanciado, con estructuras de gestión y administración corrompidas y un enorme desajuste geográfico y demográfico entre las zonas más ricas y las zonas más empobrecidas de nuestra región», dijo luego Laurell, y enumeró los logros de esos 6 años de gestión a contrapelo del modelo neoliberal, entre ellos, la reducción en los índices de mortalidad. Asimismo, remarcó que ese trabajo estuvo sostenido en la convicción de que la salud «es un derecho y no una mercancía». «Nuestro plan de gestión –puntualizó– se sostuvo en los principios de universalidad, solidaridad, gratuidad y descentralización geográfica de la atención. Sobre esa base, en la que la centralidad de lo público es decisiva, pudimos lograr muchos resultados, garantizar un trato igualitario y estimular la participación de las personas a través de asambleas territoriales y el control de las políticas implementadas».

Debilitamiento preocupante
La actividad –organizada por el IMFC, el Instituto de Estudios Universitarios de la Universidad Nacional de Rosario (UNR), el Hospital Dr. Fermín Salaberry de Victoria, Entre Ríos, y el Ministerio de Salud entrerriano– contó con la participación de Iván Pérez, jefe de la Filial Litoral del IMFC; Roberto Sukerman, concejal de la ciudad de Rosario; Edgardo García, director del hospital Salaberry; Yamile Baclini, miembro del sindicato de trabajadores municipales rosarinos; y Jorge Kohen, docente universitario y director de Especialización en Medicina del Trabajo de la UNR. Junto a Laurell, los integrantes del panel aportaron sus miradas acerca de los avances, retrocesos y desafíos que enfrenta la salud pública en la zona sur de las provincias de Santa Fe y Entre Ríos. «Es necesario repensar la situación actual del sistema de salud en Rosario, ya que estamos asistiendo a un debilitamiento de lo público y a la creciente preponderancia de un sistema pensado en clave gerencial», dijo Pérez.
Por su parte, García destacó la influencia de la investigadora en la formación de sanitaristas y profesionales latinoamericanos que aún siguen resistiendo la mercantilización de la salud y avanzan «en la generación de políticas públicas basadas en una concepción social del proceso de salud y enfermedad». Finalmente, resaltó la importancia de la complementariedad entre la formación académica, los conocimientos técnicos y el compromiso asumido por Laurell a lo largo de décadas de trabajo y militancia.

Lautaro Cossia

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