Morir por ser mujer

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(Foto: Cecilia Maletti)

Un femicidio cada 26 horas: en la Argentina, la violencia machista no cede y casi todos los días una mujer muere asesinada por el solo hecho de ser mujer. Los promedios, sin embargo, no siempre sirven para indicar la real dimensión de un fenómeno: durante el segundo fin de semana de septiembre fue asesinada una mujer cada doce horas. Cuatro en apenas dos días. Navila Garay tenía 15 años y su cuerpo fue encontrado enterrado entre escombros en una quinta de Chascomús. Fue golpeada en la cabeza hasta morir por un hombre de 56 años. Vanesa Caro tenía 36 años y su expareja la había prendido fuego delante de sus cuatro hijos, de entre 4 y 10 años. Sufrió quemaduras en el 70% de su cuerpo, pasó un mes en coma y finalmente murió. María Cecilia Burgadt tenía 42 años y dos hijas. Su expareja confesó que la había asesinado. Su cuerpo fue encontrado envuelto en una frazada debajo de una cama. Tenía al menos 37 heridas, provocadas «con ensañamiento y mediando violencia de género». El cuerpo de Laura Cielo López, una joven neuquina de 18 años, fue desmembrado y las partes arrojadas al río Limay. Para reconocer sus restos, a los familiares solo pudieron mostrarles sus prendas y un anillo. Sus nombres hoy se suman a una larga y dolorosa lista. «Es por ello –señalaron desde el colectivo NiUnaMenos– que seguimos exigiendo al Estado nacional la declaración de Emergencia por violencia machista».

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