28 de febrero de 2020
La primera muerte por sarampión registrada en el país desde 1998 encendió señales de alerta en el Ministerio de Salud, cuyas autoridades insistieron en la necesidad de reforzar los esquemas de vacunación y consultar de forma inmediata ante la presencia de fiebre y erupción cutánea. La paciente, una bonaerense de 50 años, se encontraba inmunosuprimida desde hacía varios años tras haber recibido un doble trasplante renal. El caso puso de manifiesto la importancia de la vacunación para evitar el restablecimiento de la transmisión endémica del virus, eliminada en el año 2000. «La vacunación es altamente eficaz para prevenir la ocurrencia de enfermedad», afirmaron desde la Sociedad Argentina de Infectología. Dado que la vacuna no puede ser aplicada a embarazadas, menores de 6 meses e inmunosuprimidos, vacunarse no es solo un modo de protegerse, sino también de proteger a personas más vulnerables que no pueden hacerlo.
