7 de noviembre de 2017
(Pablo Blasberg)
El mundo cada día está más loco, loco, loco. Discépolo se quedó corto, su cambalache hoy parece un cuentito para párvulos.
Aquí nomás, en nuestro país, tuvimos unas elecciones donde, como se comentaba en las redes, mucha gente durante el día hizo cola para votar por Macri y a la noche hizo otra cola para llenar el tanque antes de que aumentase la nafta.
–Lo que pasa es que la gente es impredecible –dijo un amigo mío que leía mis pensamientos.
–La verdad de la milanesa es que con este asunto de la posverdad ya no hay verdad y mucho menos milanesa –intervino otro amigo especialista en trabalenguas.
Lo cierto es que el país se vistió de amarillo y muchos salieron a festejar, una vez más, la muerte del peronismo… Pero la verdadera sorpresa llegó cuando muchos macristas salieron a celebrar el triunfo y se encontraron con que toda la plana mayor del partido ya estaba abocada a la campaña para 2019.
–El que no entienda que en Argentina vivimos en permanente y eterna campaña para alguna futura elección, no conoce el país –intervino un vendedor de choripán que aprovechaba el piolín del chorizo para colgar un globo de obsequio.
–En ese sentido, tener un rey es mejor que un presidente –argumentó una señorita maestra mientras esperaba las paritarias–. El rey no se cambia, te dura un montón, hasta que se muere… y se sabe quién será el próximo.
–Sin embargo fijate el bolonqui que hay en España y allí tienen un rey, que creo que se llama Franco –acotó un joven que estudiaba en Google online.
–Ahí la culpa la tienen los catalanes, que quieren ser independientes, pero usando el terrenito que tenían cuando eran españoles –aclaró un monárquico de la primera hora.
Lo cierto es que esta ola independentista puede transformarse en un tsunami y hacer un desparramo de países cada vez más chiquitos. Por suerte aquí no pasan esas cosas. Es cierto que vecinos de Puerto Madero aspiran a ser independientes, porque ya tienen gabinete propio y, también, que Benetton donaría una bandera de lana para un protectorado en la Patagonia Libre de Mapuches, pero no creo que lleguen a más.
De todas maneras, siempre podremos contar con la Justicia para resolver cualquier intento separatista. Aunque por ahora algunos jueces estén ocupados estudiando el nuevo Código Penal donde las cámaras de segunda instancia serán reemplazadas por las cámaras empresarias que agrupan a los medios, y ellos deciden quiénes van en cana y a quiénes no se puede tocar, porque son gobierno y tienen fueros, mucho más resistentes que los parlamentarios.
Lo que dije: todos locos, tratando de entender qué pasa, mientras pasa.