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Otro tipo de integración

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La posibilidad de sustituir importaciones radica en fabricar equipos terminados. Se están desarrollando chips y componentes que actualmente se compran en India.

Línea blanca. Es el segmento con mayor participación de piezas producidas en el país. (Télam)

Es el puntapié inicial para llegar a las industrias de vanguardia. La electrónica es la actividad de más difícil integración local por la multiplicidad de componentes en cada producto, aunque en los últimos años el sector logró incrementar el número de pequeños proveedores nacionales. Los principales productos que se fabrican en el país son equipos de aire acondicionado, televisores y computadoras personales, y línea blanca, todas ellas bajo primeras marcas  y abastecidas por pymes locales. Los productos de dichas marcas en muchas ocasiones son fabricados por empresas especializadas y contratadas para tal fin. Incluso el desarrollo del producto puede ser contratado. La actividad está conformada por unas 1.200 pymes, que emplean a más de 20.000 trabajadores.
En los últimos años el sector cobró relevancia en el país a partir, especialmente, de la calidad de sus investigadores. Sin embargo, todavía como actividad económica registra un fuerte déficit comercial. Las distintas cámaras del sector junto con el Gobierno nacional trabajan en una mayor integración y producción local, con el objetivo de reducir ese déficit. Las exenciones impositivas que ofrece Tierra del Fuego continúan siendo la principal –y a veces casi la única– herramienta de estímulo que implementa el Gobierno para atraer empresas.
La discusión que se abre respecto a la sustitución de importaciones es el grado de integración, el cual, en los tiempos que corren, nunca puede ser completo, particularmente en este sector. Las partes vienen cada vez más integradas por necesidades de reducir el tamaño y peso de los equipos, achicar costos y proteger de la copia a los diseños. No obstante, las pymes en esta actividad tienen buenas chances de ganar lugares en la etapa siguiente de la cadena de valor: la producción de equipos. El producto estrella son los celulares. La producción de móviles alcanzó los 13.906.093 unidades, frente a 11.484.826 de 2011, según el Ministerio de Industria.

El despiece
Las posibilidades de avanzar en una mayor integración en las distintas ramas de actividad son diferentes, dependiendo de las características de cada rubro. La industria electrónica cuenta con un mapa definido, en el que se ubican, por un lado, los principales productores de chips y plaquetas integradas, que abastecen a todo el mundo –como el caso de India– y los que producen equipos electrónicos. La Argentina está en condiciones de ser un jugador importante en este segundo ámbito, pero requiere de un mayor volumen de inversiones.
«Lo que vemos es un aumento en los costos internos y una caída de precios internacionales, debido a que se trata de un sector en el que la innovación juega un papel fundamental. Esto nos obliga a ser más competitivos mediante innovación», señaló a Acción el presidente de la Asociación de Fábricas Argentinas Terminales de Electrónica (Afarte), Alejandro Mayoral. La oportunidad que hoy encuentran las pymes nacionales es la integración horizontal entre proveedores, para una fábrica terminal –vertical–. La producción de equipos de aire acondicionado, de televisores y de note-books es la que cuenta con mayor volumen de componentes locales e interrelación de los eslabones.
Para participar como proveedores de una firma de electrodomésticos, las pymes iniciaron –junto con las compañías– un despiece de los equipos, en los que participaron más de 70 empresas. El objetivo fue determinar cuáles son las piezas que pueden producirse en el país. Las potenciales proveedoras deben presentar a la casa matriz de la firma la pieza fabricada para su control y aprobación y un plan de producción.
«El programa Conectar Igualdad –que distribuye netbooks a estudiantes– permitió impulsar la producción de baterías y cargadores», señala el titular de Afarte. Explica además que, si bien es cierto que los costos locales para sustituir importaciones en este segmento son altos en el corto plazo, la actividad trae aparejada beneficios de largo plazo en trabajo, consumo, producción y distribución. «Falta todavía que se produzcan chips en el país. En eso están trabajando actualmente técnicos del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) con Arsat», agrega.

Valor agregado
Las ventas al exterior del sector son puntuales. «Como exportaciones, nuestros productos tienen como destino los de la firma BGH, en una asociación con la empresa Positivo, de Brasil. Lo mismo sucede con la autopartista Mirgor, que produce equipos de aire acondicionado y evidencia un alto crecimiento, que la llevó a la Bolsa», señala Mayoral. «Si bien la producción de componentes es una actividad que agrega mucho más valor en relación con sus ventas, su aporte en términos de valor agregado total a la economía mundial es superado largamente por la fabricación de equipos debido al mayor tamaño de esta última», afirma Gabriel Queipo del Instituto Argentino para el Desarrollo Económico (IADE).
En el mundo, la producción de componentes o integrados representó un valor agregado de 280.000 millones de dólares, frente a un billón del sector productor de equipos electrónicos. La participación mundial del comercio de aparatos eléctricos y electrónicos en el valor total comerciado entre todos los países del mundo supera la de rubros tan importantes como el automotor o el químico.
La mayor parte de los productos de electrónica de consumo y computadoras personales que se venden en el país es ensamblada por la industria local. «Las aplicaciones menos masivas, como la electromedicina, transmisores de FM/TV, electrónica industrial, aeroespacial y de seguridad cuentan con mejores perspectivas», estima Claudio Krämer, gerente de la Cámara Argentina de Industrias Electrónicas Electromecánicas y Luminotécnicas (Cadieel). Krämer remarca además que las pymes del sector enfrentan problemas de financiamiento de largo plazo, competencia de productos importados a menor precio, escasez de mano de obra calificada y difícil acceso a nuevas tecnologías.

Cristian Carrillo