Participación fructífera

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Conformada por comerciantes, empleados, profesionales y jubilados, la comisión de asociados de la filial tiene un activo rol en la gestión del banco cooperativo del sur santafesino.

 

Integrados. Personal y asociados trabajan en conjunto, profundizando el modelo de gestión característico de la entidad.

Los orígenes de la localidad santafesina de Cañada de Gómez están marcados por la construcción de la estación ferroviaria homónima –un paso ineludible en el trayecto Rosario-Córdoba– y el flujo inmigratorio que, a raíz de la apertura de la estación, fue poblando el sur de la provincia de la bota desde finales del siglo XIX. Cañada, como otras localidades de los alrededores, tomó primero la forma de un pueblo, y a partir de 1922, año en que fue declarada ciudad, se convirtió en una importante referencia del entramado productivo regional. Desde entonces, acompaña el desarrollo agrícola-ganadera del sur santafesino y es uno de los vértices industriales de la zona, junto con las poblaciones vecinas de Armstrong y Las Parejas, lo cual ha sido un estímulo para las empresas familiares y los proyectos cooperativos dedicados a la producción de manufacturas.
Ese pasado explica buena parte de la historia de la filial del Banco Credicoop de Cañada de Gómez. Su trayectoria está vinculada con las antiguas cajas de crédito y la sucesiva fusión de bancos cooperativos que resistieron el embate de las políticas neoliberales que pretendían convertirlos en sociedades anónimas y que buscaron ser una alternativa financiera viable para las pymes, los pequeños y medianos productores, el comercio local y los innumerables emprendimientos asociativos de la ciudad.
«El desafío es seguir creciendo en lo comercial y profundizar el modelo integral de gestión. La participación, la inserción social y el vínculo directo con los asociados es lo que siempre ha distinguido a Credicoop. Por eso tenemos que seguir ampliando la base de participación y llegar con los mejores servicios al resto de la sociedad. El sueño es que nuestra cooperativa sea el banco de la ciudad», subraya Maximiliano López, gerente de la filial santafesina. Con ese objetivo se organiza la actual comisión de asociados, integrada por una veintena de personas de diversas ocupaciones: comerciantes, docentes, jubilados, cuentapropistas, empleados municipales y productores, reunidos en distintas secretarías y espacios de gestión.
«Yo vengo de experiencias anteriores y hace un par de décadas que participo de la comisión de asociados, así que percibo la fortaleza que ha adquirido nuestra entidad. Desde hace años trabajamos con los asociados, hacemos reuniones periódicas y realizamos presentaciones de libros o eventos con otras instituciones que permiten visibilizar la práctica cooperativa. Cada uno de nosotros participa por convicción y, si bien somos una filial de Cañada de Gómez, todo lo que nuestro banco genera se queda en la zona», subraya Juan Carlos Barbero, comerciante y presidente de la comisión.

 

Vínculos sociales
Por su parte, Javier Ibarra, integrante de la secretaría de Educación, pone de relieve que la formación de nuevos dirigentes y la necesidad de ampliar los vínculos sociales son dos retos fundamentales. «Los talleres y las actividades que venimos realizando apuntan a nuestra formación cooperativa y a consolidar la vida institucional. Pero, además, sabemos que somos un lazo importante con la comunidad», enfatiza. En esa misma línea, Jorge Croppi, miembro de la comisión desde hace dos años, remarca: «La dinámica de trabajo del banco, con una estructura consolidada, permite que quienes venimos de otras experiencias solidarias incorporemos nuevas herramientas de gestión. Y al mismo tiempo cumplimos un rol estratégico porque debemos hacer conocer los servicios que se brindan en nuestra entidad».
Los integrantes de la comisión coinciden en afirmar que la crisis acontecida en la Argentina en 2001 hizo que muchas personas se dieran cuenta lo que significa una entidad cooperativa. «Cuando todos los bancos cerraban sus puertas, el Credicoop salió a la calle a dar una explicación de lo que sucedía, por qué estaba pasando y cómo se posicionaba para hacerle frente a los problemas», recuerdan los dirigentes. En tal sentido, el vicepresidente José Rostagno, carpintero jubilado, detalla: «En una ciudad como esta, de poco más de 30.000 habitantes, nos conocemos todos. Y quienes participamos en este espacio defendemos los valores de la economía social desde hace muchos años».
Rubén Mogetta, integrante de la Secretaría de Crédito, hace hincapié en la atención y el asesoramiento que se les ofrece a los asociados desde la comisión: «Estoy vinculado con el banco desde hace casi 30 años y siempre me gustó estar en contacto con la gente y tratar de aportar alguna ayuda». El desafío de la filial santafesina es, precisamente, seguir potenciando el principio solidario de ayuda mutua que está en la génesis histórica de su fundación.

Lautaro Cossia
Foto: Carlos Carrión

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