26 de noviembre de 2020
Usando información de teléfonos celulares, investigadores las universidades de Stanford y Northwestern llegaron a la conclusión de que los restaurantes son los sitios más peligrosos para la transmisión del COVID-19, seguidos por gimnasios, bares, cafés, templos y supermercados. El trabajo analizó datos sobre movilidad de 98 millones de estadounidenses en diez grandes ciudades con el fin de determinar las principales dinámicas de propagación del virus. Información sobre los lugares a los que concurrió cada persona, el tiempo que permaneció y cuánta otra gente visitó esos sitios fue cruzada con datos epidemiológicos para concluir que «la mayoría de las transmisiones de COVID-19 se producen en sitios superpropagadores donde las personas permanecen en lugares cercanos durante períodos prolongados», como señalan los autores en un artículo publicado recientemente en la revista Nature. Al mismo tiempo, destacan que los patrones de movilidad de las personas de menores ingresos, que suelen concurrir más veces por semana a tiendas pequeñas de barrio a hacer las compras, provocan mayores tasas de contagio en esos sectores.
