Política y revolución

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Durante tres jornadas, se desplegaron numerosos paneles, conferencias y charlas acerca de la obra del filósofo italiano Antonio Gramsci, a 80 años de su muerte. Participaron destacados historiadores, ensayistas y filósofos de la Argentina y el mundo.

Hegemonía. Uno de los temas abordados por Ilieff, González, Ansaldi y Campione. (Jorge Aloy)

Con el propósito de analizar la obra del filósofo italiano Antonio Gramsci (1891-1937) y debatir las influencias de su pensamiento hasta hoy, investigadores y especialistas  participaron de las jornadas «Incursiones gramscianas argentinas». La actividad desplegó un total de 11 mesas durante 3 días y fue organizada en conjunto por el Instituto de Investigaciones Gino Germani (IIGG), el Instituto de Estudios de América Latina y el Caribe (IEALC), el seminario El pensamiento alternativo en la Argentina contemporánea y el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini.
La conferencia inaugural, Historia, crisis y revolución en Gramsci, a cargo de Fabio Frosini en la sala Raúl González Tuñón del CCC fue presentada por Martín Cortés, investigador del departamento de Estudios políticos del CCC y uno de los organizadores junto con Diego Fernández Peychaux y Ricardo Laleff Ilieff. «Celebramos estas jornadas a 80 años de la muerte de Gramsci. Cabe señalar que por lo menos desde hace 70 años, su obra, sus textos y sus letras circulan entre lectores argentinos», dijo Cortés, para luego mencionar a escritores y pensadores como Ernesto Sábato, Héctor Agosti, Juan Carlos Portantiero y José Aricó que, desde tradiciones distintas, difundieron las ideas de Gramsci.     
Frosini, filósofo italiano y profesor de la Universidad de Urbino (Italia), abordó los sentidos del término revolución en la obra del pensador marxista, como en Los cuadernos de la cárcel, donde «la perspectiva de análisis se enriquece y amplía de manera notable, porque Gramsci arma todo un estudio sobre las estrategias de salida de la crisis, esta parte de su trabajo de elaboración lo lleva a acuñar la categoría de “revolución pasiva”». Según Frosini, dicha categoría permite pensar «la relación orgánica que Gramsci establece entre ella y el prólogo de Marx a la Contribución a la crítica de la economía política». En otro tramo de su exposición, destacó que incluso Los cuadernos… permiten descubrir una lectura del marxismo como filosofía de la praxis. En las reflexiones finales, el conferencista apuntó acerca del concepto de «crisis de hegemonía», y sobre una «propuesta hegemónica alternativa global» que solo puede darse «si el proyecto en cuestión consigue articular de manera coherente todos los niveles de las relaciones de fuerzas, desde el económico social hasta el militar, pasando por el estrictamente político».

Conciencia del conflicto
Como parte de las jornadas, también tuvo lugar la charla Revolución y hegemonía en Gramsci, presentada por Laleff Ilieff, doctor en Ciencias Sociales. El primer expositor fue el historiador Waldo Ansaldi, quien afirmó: «La revolución pasiva fue un proceso, al menos en el siglo XIX, de confrontación de propuestas de hegemonías alternativas, de propuestas de orden diferente». A la par, destacó la importancia de la lucha ideológica «porque es en ese terreno, en el de la ideología donde las masas, las clases subalternas toman conciencia del conflicto».
El historiador Daniel Campione, otro de los integrantes de la mesa, prosiguió el análisis de la obra del cofundador del Partido Comunista Italiano en 1921. «La hegemonía –sostuvo– es política, pero también, y especialmente, económica; encuentra su base material en la función decisiva que el grupo hegemónico ejerce sobre el núcleo decisivo de la actividad económica». También sostuvo que «una parte sustancial del aporte gramsciano en la tradición marxista a la que pertenece son los decisivos pronunciamientos de Gramsci, en un sentido antideterminista y antieconomicista, que también recorren buena parte de Los cuadernos». Por último, el sociólogo y exdirector de la Biblioteca Nacional, Horacio González, calificó a Gramsci como «un prolífico creador de conceptos móviles, se mueve permanentemente en su escritura y se mueve en su pensamiento, no significan siempre lo mismo y al mismo tiempo están siempre relacionados». Y añadió: «Conceptos como el de mito, como el de pasión, como el de drama, son conceptos heredados por Gramsci, están presentes en toda la historia de la cultura, pero no están presentes específicamente en el marxismo. Esto hace de Gramsci un pensador que está en los bordes del marxismo».

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