Por cuenta propia

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En la búsqueda de una inserción laboral fuera del ámbito privado, un grupo de jóvenes ingenieros riocuartenses decidió asumir el desafío de apostar a la autogestión. Industrias, comercios y el sector agrario son algunos de sus clientes.

 

Una empresa diferente. Fue el objetivo que se plantearon los integrantes de Ingeniar.

Formada por jóvenes egresados y estudiantes de Ingeniería de la Universidad Nacional de Río Cuarto, la cooperativa Ingeniar nació con el objetivo de brindar servicios a industrias, comercios y pymes de distintos sectores productivos, trabajando de manera asociativa. «Nos reunimos porque teníamos la misma inquietud para encarar la vida laboral: contrariando la formación que recibimos –mayormente prepararnos para ser empleados de una multinacional– decidimos apostar a otra forma de gestión. Queríamos nuestra propia empresa y estar en igualdad de condiciones, manteniendo como principios la democracia, la solidaridad y la honestidad», cuenta Mariano José Casacchia, técnico electromecánico y tesorero de Ingeniar, uno de los once asociados que tiene hoy la entidad. «Empezamos a repartir carpetas para darnos a conocer, ofrecíamos productos y servicios en áreas vinculadas con los sistemas eléctricos, mecánicos y de comunicación abarcando un gran espectro dentro de cada rubro: diseño, desarrollo, administración, mantenimiento y medición de todos esos sistemas», agrega Casacchia.
Los jóvenes, que conformaron la cooperativa en 2013, no olvidan su primer cliente: una fábrica de alimentos para mascotas ubicada en la localidad de Alcira Gigena (vecina a Río Cuarto) que les confió todos los tendidos eléctricos y también los contrató para realizar guardias pasivas. Después vinieron las interacciones con otras cooperativas e instituciones de Río Cuarto: Bases, Mercosol y Granja Siquem. «Fue muy positivo trabajar con estas cooperativas pero también estábamos necesitando ampliar nuestro horizonte laboral hacia lo mecánico –expresa Fabricio Bonansea, otro de los asociados– y se nos presentó la oportunidad a través de la Secretaría de Agricultura Familiar, desde donde nos plantearon la ausencia de herramientas para huertas. Vimos allí una oportunidad y desarrollamos, desde el diseño, montaje y armando final, una línea de tres productos: escardillo, sembradora manual y pulverizador para huerta. Hoy estamos fabricando estas maquinarias a pedido, aunque tenemos capacidad para hacer stock».

 

Alto vuelo
La participación en ferias internacionales fue otro de los grandes logros del grupo: Ingeniar fue  invitada a la Exposición Milán 2015, de ciencia, tecnología y educación,  organizada por el Bureau Internacional de Exposición, de la cual participaron 145 países. Mariana Juárez –estudiante avanzada de Ingeniería en Telecomunicaciones, síndica de Ingeniar y presidenta de la Federación de Cooperativas de Trabajo del Sur de Córdoba– viajó como delegada. «Como cooperativa de trabajo formamos parte de fecotra, que tiene relación con la Confcooperative, una confederación italiana con mucho peso», dice Juárez. Ingeniar fue elegida para viajar a la feria junto a la cooperativa de software Unixono de Bahía Blanca, ambas por ser del ámbito tecnológico y brindar servicios vinculados a la comunicación. «No había ninguna cooperativa como la nuestra con servicios diversificados en tantas áreas», recuerda Juárez, y concluye: «Fue fundamental llegar allí y pudimos hacerlo gracias a nuestra federación y a los vínculos que tenemos con otras entidades como el Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, el Banco Credicoop y el Instituto de Promoción de la Economía Solidaria. Todas ellas posibilitan la articulación del entramado productivo local, donde cooperativas, mutuales, la universidad y las entidades de la economía social trabajan en conjunto, avanzan en la democratización del conocimiento y las tecnologías y fomentan un cambio cultural que ayuda a la producción asociativa».

—Texto y fotos: Bibiana Fulchieri

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