14 de mayo de 2014
Incorporada a un programa provincial de fomento a la industria textil, la cooperativa desarrolla una intensa tarea para mejorar su producción y promover el empleo. Apoyo del IMFC.
A pulmón. En los talleres de la cooperativa se confeccionan guardapolvos, calzado y otras prendas para comercializar en la región. (Gentileza de la cooperativa)
Si todos nos ponemos la camiseta y tiramos para el mismo lado vamos a lograr lo que queremos», dice Venancio Ávalos, presidente de Unión Formoseña, entidad nacida por el impulso de la Secretaría de Producción de Formosa como parte de un plan de fomento a la industria textil. Una de las asociaciones de trabajo surgida en este marco es la Cooperativa de Trabajo y Consumo Unión Formoseña de la localidad de Pirané, que en 2008 se sumó al Programa de Desarrollo Productivo Industrial del Sector Textil / FONTEX, creado por el Ministerio de Economía, Hacienda y Finanzas de Formosa. Dicho programa promueve la puesta en marcha de una red de talleres de confección de indumentaria y manufactura de guardapolvos. Para fortalecer los eslabones del proceso de industrialización textil, el programa provee a las cooperativas y asociaciones maquinarias y capacitación, y, con el fin de abastecer de insumos y sostener los diferentes emprendimiento, el proyecto prevé, en instancias superiores, la producción de fibra y la instalación de una hilandería textil.
Alternativa solidaria
Más allá de la labor que desempeña actualmente la cooperativa piranense de confección de guardapolvos, los asociados de Unión Formoseña están gestionando, con el asesoramiento del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, un subsidio ante el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES) para financiar la fabricación de calzados. «Estamos muy interesados en la confección de alpargatas y sandalias de cuero de carpincho. La piel de carpincho, animal típico de esta región, tiene un gran valor por su suavidad, resistencia y vistosa superficie. Los productos argentinos confeccionados con ese cuero son reconocidos y muy valorados en los mercados externos», comenta Ávalos, técnico modelista en calzado. Uno de los problemas que se presenta a la hora de llevar adelante emprendimientos de estas características es la escasez de mano de obra especializada. La desaparición de las escuelas técnicas acontecida en la década del 90 contribuyó a la ausencia de formación y capacitación en oficios. Conscientes de esta carencia, los asociados de la cooperativa formoseña están planificando la creación de un espacio educativo para capacitar a nuevos asociados y así potenciar la profesionalización de la confección de alpargatas, sandalias y otros tipos de calzados.
Pirané se ubica en el sudeste de la provincia de Formosa, a 110 kilómetros de la capital. Surgida a partir del tendido de la vía ferroviaria que va desde la ciudad de Formosa a la localidad de Embarcación, la localidad fue originalmente asiento de los trabajadores del ferrocarril. Luego se consolidó como centro de radicación de ganaderos, quienes, además, iniciaron actividades forestales con la tala de montes y la instalación de obrajes madereros. Más tarde, su actividad económica se centró en la explotación agrícola, específicamente el cultivo de algodón, producción que en la década del 90 sufrió una fuerte caída y actualmente está intentando recomponerse. Frente a la fuerte dependencia del empleo público que dejó esta situación, emprendimientos como el de la Cooperativa de Trabajo y Consumo Unión Formoseña se presentan como alternativas de generación de nuevas fuentes laborales para la provincia y la región.
«Somos 17 asociados y asociadas, entre costureras, modelistas y aparadores de calzado; por eso queremos enfocar nuestra producción en ese rubro. La idea es confeccionar un producto de calidad que pueda comercializarse en la región y, si es posible, en otras provincias del país», explica Venancio Ávalos. Aunque todavía este objetivo no pudo concretarse, los cooperativistas están convencidos de que para avanzar en la consolidación de la empresa de la economía solidaria es preciso fomentar también la capacitación en los principios y valores de la cooperación. «Sabemos que la mejor forma de crecer es a través del esfuerzo y de la ayuda mutua», asegura el presidente. Esta unión interna también se traslada puertas afuera del taller de confección. Potenciar la integración con otras entidades cooperativas es la estrategia que adoptaron los trabajadores de Unión Formoseña, no sólo para incrementar y ampliar sus posibilidades de desarrollo en el mercado textil y del calzado, sino también para consolidar otro modo económico y social de gestionar una empresa. Este accionar es el que los llevó a contactarse e integrarse con otras cooperativas formoseñas y asociarse al Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos. Actualmente, el mayor desafío de la cooperativa piranenense consiste en generar valor agregado a su producción. El camino propuesto para lograr esta meta es la innovación en los procesos y la generación de nuevos productos.
—Silvia Porritelli
