A puro sol

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A raíz de las nuevas leyes que obligan a generar energía a partir de fuentes renovables, la entidad solidaria lleva adelante un importante plan de inversiones y, a la vez, le dio forma a una singular experiencia junto con una empresa local.


Entusiasmo. Coman y Mangini señalan que la CEZ tiene un gran desafío por delante. (Horacio Paone)

En enero de 2018 entraron en vigencia leyes que modifican el escenario de la generación y distribución de la energía eléctrica en el país. Por un lado, la ley 27.191 establece que, para el año 2019, el 8% del consumo eléctrico de los denominados grandes usuarios tiene que provenir de fuentes de origen renovable y, en el 2025, ese porcentaje debe llegar al 20%. Otra ley, la 27.424, permite a los usuarios ser, al mismo tiempo, consumidores y generadores de energía; es decir, además de autoabastecerse, tienen permitido inyectar los excedentes de energía a la red de distribución. En Zárate se están dando dos avances en este sentido, de la mano de la cooperativa eléctrica local y de la empresa de logística SIASA.
«En total, son unas 2.000 empresas en todo el país las que deben ajustarse a la compra de energía generada a partir de fuentes renovables. En el caso específico de nuestra área de distribución entraron 10 empresas, que son papeleras, cerveceras y químicas. En base a eso nos pusimos a trabajar en un proyecto de energía renovable. Por la zona en que estamos, la única posibilidad de fuente de energía renovable es la energía solar», explica José Luis Mangini, presidente de la Cooperativa de Electricidad de Zárate (CEZ). El proyecto consiste en utilizar 8 hectáreas del parque industrial zarateño para colocar paneles reversibles, que siguen el curso del sol y así aprovechan el recurso durante todo el día. «El proyecto ronda los 4,5 millones de dólares. Se está avanzando con entidades como el Banco Credicoop para ver la cuestión del financiamiento», señala el dirigente.

Otro paradigma
Por otra parte, la nueva legislación permitirá que los medianos o pequeños usuarios, incluso los residenciales, puedan ser generadores de energía eléctrica e inyectar excedentes a la red de distribución, algo que es común en otros países del mundo como Canadá, España y Alemania. Una experiencia de este tipo se está desarrollando también en Zárate. SIASA, empresa familiar dedicada a la logística, instaló 68 paneles solares en los techos de sus galpones y logró reducir su consumo eléctrico en un 33%. En estos días planean duplicar la cantidad de paneles y así superar el 60% de ahorro. Como el consumo de la empresa varía de acuerdo al día y horario de la semana, en ciertos momentos tiene excedentes. A través de un medidor bidireccional instalado por la CEZ, se contabiliza lo que SIASA aporta a la red, y estos kilowatts se restan de la facturación final. «Cuando empecé a averiguar por las energías renovables, todavía la ley no estaba. Hablé con Magini y le transmití esto que queríamos hacer. Desde luego, éramos los primeros. Teníamos que definir la transición, cómo empezar a recorrer juntos este camino. Y entendieron que era mirar al futuro, que era esto lo que se venía y desde entonces estamos en contacto constantemente», dice Agustín Pino, gerente de SIASA.


Paneles en los techos.«Entendimos que esto es mirar al futuro», dice Pino. (Horacio Paone)

Por su parte, Mangini afirma: «Es una experiencia muy linda, nueva, es la primera vez que estamos frente a esta situación, nos tiene muy entusiasmados porque en enero y febrero hubo excedentes en SIASA que se inyectaron a la red de la cooperativa en el mismo momento que nosotros tuvimos mayor demanda. Hemos tenido un verano de mucha temperatura, un verano seco, con picos de consumo importantísimos, históricos, no solo en Zárate, sino a nivel nacional. Y fue en ese momento cuando este proyecto inyectó energía a la red».
La tecnología disponible actualmente ayudó a que esto sea posible: hoy en día existen los inversores, equipos que convierten el voltaje proveniente de los paneles solares en un voltaje compatible con la red. Así, es posible que la energía producida por particulares se distribuya y aproveche en otros lugares. La expectativa de SIASA es poder no solo autoabastecerse a fines del 2018, sino además crear una nueva unidad de negocios: convertirse en un productor de energía eléctrica y venderla. Este aspecto de la ley, es decir, la venta del recurso generado por los llamados «prosumidores», todavía no está regulado.

Perspectivas alentadoras
«Al no tener un ciclo productivo que le demande demasiada energía y 45.000 metros cubiertos para instalar paneles, SIASA tiene la posibilidad de producir y convertirse en un proveedor de la cooperativa», dice Guillermo Coman, vocero del sector eléctrico de la CEZ. Y agrega: «La cooperativa pasa a ser en ese caso un nexo distribuidor, un intermediario. Lo que va a pasar con experiencias como estas y otras es, en definitiva, un cambio en la lógica del mercado. Si este tipo de experiencias crece, habrá distribuidores diseminados por todos lados».
Pino, por su parte, aclara que evitar el derroche de energía es otra de las finalidades del proyecto. «Nuestra política constante, la que transmitimos a las más de 80 personas que trabajan acá, es cuidar la energía. La mejor energía producida es la que no se consume», dice. Y concluye: «Todavía es ineficiente un panel solar. El sol entrega 100 watts por metro cuadrado, de un panel solar podés obtener 170 watts. Pero las empresas generamos a partir de esto productos y servicios, entonces eso tiene una compensación. Es diferente en el caso de un domicilio, ahí todavía es una inversión grande y a largo plazo».

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