Sandra y Rubén, presentes

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La sala Raúl González Tuñón del CCC fue el espacio donde pudo exhibirse, tras ser quitado de la cartelera del cine Gaumont, el documental sobre la trágica explosión que se cobró la vida de dos docentes en la localidad bonaerense de Moreno.

Sin censura. Corrado, Junio, Krichmar y Stoppani durante la presentación de la película. (Horacio Paone)

Su estreno estaba previsto en la sala INCAA Gaumont de la Ciudad de Buenos Aires. Sin embargo, el documental Escuela bomba –basado en la trágica explosión de gas en la escuela Nicolás Avellaneda de Moreno, provincia de Buenos Aires, que le costó la vida a los docentes Sandra Calamano y Rubén Rodríguez– fue quitado a último momento de la cartelera de ese espacio oficial. La reacción fue una proyección callejera a modo de protesta en la puerta del Gaumont, que concentró a cientos de personas el último 2 de agosto, a un año del hecho. Y muy pronto, la película dirigida por Juan Mascaró, integrante del grupo Documentalistas Argentinos (DOCA) encontró en el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini un lugar para poder exhibirse: se proyectó en la sala Raúl González Tuñón durante los lunes de agosto. El estreno se realizó con una actividad organizada por el Departamento de Cine del CCC, donde estuvieron presentes Andrea Corrado (decana del departamento de Educación de la Universidad Nacional de Luján, organismo que produjo el documental), y Fernando Krichmar (vicepresidente de DOCA) junto a Juan Carlos Junio (director del CCC) y Natalia Stoppani (coordinadora del departamento de Educación del CCC).
«Presentar hoy aquí este film es un acontecimiento artístico, político, cultural. En nuestro Centro Cultural de la Cooperación siempre nos prestamos para ser sede de estas situaciones de prohibición o fronterizas con la prohibición», dijo Junio, recordando las proyecciones de El camino de Santiago, sobre el caso de la desaparición y muerte de Santiago Maldonado, y Carlos Fuentealba. Camino de un maestro, sobre la vida del docente asesinado en Neuquén durante una protesta en el año 2007. «Lo hacemos –añadió Junio– con la convicción de que, desde el arte, en este caso desde el cine, que es una de las expresiones más maravillosas del arte moderno, se pueden transmitir ideas, símbolos, acontecimientos políticos, luchas sociales, en esta ocasión, particularmente de los docentes, y es un modo de llegar ya no solo a la cabeza sino al corazón de la sociedad».

Condiciones de riesgo
Corrado, por su parte, contó los pormenores de la realización de la película y los debates que siguieron a la trágica explosión de gas en la escuela, acontecida el 2 de agosto de 2018. «La pregunta era qué hacer, porque si cerrábamos la escuela, los chicos no tienen clases y además no tienen qué comer, que es el caso de la mayor parte de las escuelas de la provincia de Buenos Aires, y de muchas otras en el país». Y concluyó: «El estreno cercano a la fecha del aniversario del asesinato de nuestros compañeros (y decimos asesinato porque mueren en instancias de su trabajo, donde hay responsables que habilitan esas condiciones de trabajo), era fundamental».
En sintonía con ella, Krichmar subrayó: «Cuando el poder quiere tapar el sol con un dedo, evidentemente se le desborda el sol por todos lados y ustedes, en este momento, son ese sol». Y destacó los pedidos de proyección del film en múltiples espacios culturales a raíz de que se lo quitara de la cartelera del espacio INCAA. Sobre este hecho, el vicepresidente de DOCA señaló: «Están empeñados en blindar a una gestión que no solo no ha hecho nada por la educación sino que ha empeorado gravemente las condiciones de la educación en la provincia de Buenos Aires». En Escuela bomba, docentes, padres y alumnos de la primaria Nicolás Avellaneda dejan testimonio de las malas condiciones de enseñanza y aprendizaje dadas por una infraestructura escolar deficiente, una realidad que se repite en todo el Conurbano bonaerense.

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