18 de enero de 2019
Como consecuencia del gran avance del agua que provoco la lluvia, miles de hectáreas de campo quedaron anegadas y se perdieron cosechas de maíz, girasol y algodón, al tiempo que la ganadería también se vio afectada en la provincia de Santa Fe. Así, se estima que las pérdidas ascienden a los 2.200 millones de dólares, según la evaluación que hizo Coninagro (Confederación Intercooperativa Agropecuaria). El presidente de la entidad, Carlos Lannizzotto, sostuvo «que las precipitaciones han sido intensas y han perjudicado a nuestros productores. Los años pasan, falta planificación y las obras no se ejecutan. Hoy la falta de infraestructura genera al campo un daño con altísimos costos», aseguró. Además, Lannizzotto reclamó la implementación de un seguro antirriesgo para los productores.