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El país es el vigésimo productor mundial de cerámicos y arcillosos. Cooperativas y pymes  incrementan su competitividad a través de la optimización de procesos.

 

FASINPAT. La Fábrica Sin Patrones neuquina cuenta hoy con 430 asociados organizados en niveles estratégicos, tácticos y operativos. (Télam)

La producción de cerámicas, tanto de artículos de uso cotidiano y arte como con destino a la construcción, es una actividad con un importante crecimiento en los últimos años, liderada por pequeñas y medianas empresas. La presencia de reconocidos casos de empresas recuperadas por sus trabajadores la vincula con el segmento cooperativo. La experiencia más importante es la recuperación de Cerámicas Zanon, cuyos trabajadores crearon la cooperativa FaSinPat (acrónimo de Fábrica Sin Patrón). No obstante, como sucede en la mayoría de las actividades, un puñado de firmas mantiene un alto grado de concentración, principalmente en el rubro de la construcción. Si bien la balanza comercial externa se mantiene deficitaria, el nivel de exportación creció –hasta la crisis global de 2008-2009– a un ritmo constante del 15% anual.
En la elaboración de artículos en arcilla y cerámica, la Argentina se encuentra entre los primeros 20 productores y exportadores del mundo. «Estas exportaciones demostraron una destacada participación de todos sus productos en un comercio exterior sectorial cada vez más creciente», explicaron desde la Cámara de la Industria de la Cerámica Roja. Los principales productos cerámicos para la construcción son baldosas, placas, ladrillos y tejas. Su fabricación se incrementó con fuerza los últimos años en Italia, España, Brasil y China, que concentran más de la mitad de la producción mundial, con cifras que superan los 6.000 millones de metros cuadrados.
Según cifras de la Cancillería argentina, los principales productos exportables son placas y baldosas de cerámica para pavimentos, revestimientos y mosaicos, con una participación de 48% en las ventas externas y el 95% del total de las ventas, seguido por artículos para usos sanitarios, de porcelana (5%), ladrillos para construcción, refractarios, silico-aluminosos (4%). El mercado de las exportaciones argentinas está diversificado: en primer lugar se encuentra Estados Unidos, con el 39% de las ventas externas totales, seguido por Chile (29%), Uruguay (10%), Canadá (2,5%) y Bolivia (2%). Las exportaciones a estos 5 destinos representaron de manera estable hasta el 2010 –post impacto de la crisis global– el 82% de las exportaciones totales del sector. Los mercados desde donde se importa por orden de volumen son: Brasil con 40%, seguido por China (30%), España (5%), Alemania (4%) y los Estados Unidos (4%). El total importado en lo que va del año asciende a unos 45,8 millones de dólares, mientras que lo exportado se ubica en 11,6 millones de dólares, según la Dirección de Oferta Exportable, que depende de la Dirección General de Estrategias de Comercio Exterior.
La tendencia actual hace eje en un incremento en las ventas a países de clima cálido, por lo que se deberían acentuar además los planes de acción de penetración comercial en las regiones del África subsahariana, América Central y el Caribe, de acuerdo con el organismo oficial. Con respecto a las importaciones de cerámicos, se observa un incremento durante el último quinquenio del orden del 30% en los valores negociados.
Las principales empresas de cerámicas del país son Latercer, Cerámica Quilmes, Palmar, La Pastoriza, Cerámica Cunmalleu, Losa, Cerro Negro, Cerámica Alberdi, Cerámica Ctibor, Cerámicos Marcos Paz y Terrabrick. A las que se suman firmas de menor tamaño y familiares como Cerámica del Norte o cooperativas como FaSinPat.

 

A trabajar
Para avanzar en las fortalezas competitivas del sector, los institutos de capacitación tecnológica trabajan con las empresas y las cámaras en la corrección de procesos de producción. El INTI Mar del Plata publicó un documento que refleja la aplicación de mejoras de calidad en una cooperativa dedicada a la elaboración de productos cerámicos. El diagnóstico inicial puso en evidencia que durante el proceso de fabricación se generaba un alto porcentaje de productos defectuosos y que, en consecuencia, existía una elevada tasa de reprocesos. La solución derivó en la aplicación de sencillos procedimientos para la corrección de fallas para así reducir los costos asociados con los reprocesos sin necesidad de inversiones significativas.
Un hito en el sector fue la recuperación de Zanon, que en 1993 era la primera fábrica de pisos de porcellanato de América del Sur. La empresa comenzó a funcionar en 1970 en el Parque Industrial de la ciudad de Neuquén, pero en el año 2000, producto de una fuerte crisis, presentó la quiebra. Con esta sentencia, los operarios decidieron tomar la fábrica y trabajarla por sus propios medios. En 2005 crearon la cooperativa FaSinPat, que desde entonces se encarga de la venta y distribución de los productos Zanon. «Contamos con 430 asociados, organizados en niveles estratégicos, tácticos y operativos», señalan desde FaSinPat.
Por su parte, Cerámica del Norte, empresa mediana salteña, anunció hace unos meses la inversión de 60 millones de pesos que generarán 360 puestos de trabajo directos e indirectos. La firma factura alrededor de 50 millones de pesos anuales y provee principalmente a los mercados del norte y centro del país. Con este desembolso Salta se afianza como uno de los principales polos de producción de cerámica y de materiales para la construcción de la Argentina.

C. C.

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