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A pesar de las promesas de impulsar a las economías regionales, estas se encuentran en su peor momento en décadas. Hubo cientos de despidos en el sector. En Jujuy se asocian en cooperativas para bajar los costos y mejorar la calidad de sus productos.

Peras. La producción fue un 15% menor que el promedio de los últimos diez años. (Pablo López)

La concentración del segmento comercial, la preferencia del empresariado por el monocultivo exportable y el reducido nivel de financiamiento están complicando la situación de las economías regionales, donde la producción frutihortícola es una de las más afectadas. Pese a las promesas de campaña de incentivar este tipo de economías y los anuncios de recuperación por parte del equipo económico, esta producción se retrajo, se esfumó cualquier tipo de rentabilidad y cerraron firmas emblemáticas. Mientras, Estados Unidos dio por finalizada la suspensión de 120 días al acuerdo que permite el ingreso de limones argentinos.
El sector atraviesa actualmente una aguda crisis, que se potenció en el último año. «Un contexto cada vez más competitivo a nivel global, donde nuevos actores se siguen incorporando a la oferta internacional, se conjuga con una diversidad de factores internos que atentan contra el potencial de nuestros recursos naturales. En los últimos años se perdieron mercados de exportación, mientras que en 2016 el consumo interno y la industria de transformación primaria presentaron un marcado deterioro», explica un informe realizado por la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV).
La caída en el consumo interno, del procesamiento de los productos primarios y de las exportaciones, determinaron una merma en la producción durante el año pasado. La producción de peras y manzanas fue la peor de los últimos diez años y un 15,5% menor al promedio de la última década. En materia de exportaciones, se comercializó un 9,6% menos de frutas en 2016. Alguna de las mermas más significativas de las economías regionales son las ventas de ciruelas de San Juan (-96,4%), duraznos de Neuquén (-73,2%), peras de Mendoza (-46,7%) y manzanas de Río Negro (-18,2%), según cifras del centro de investigación de Economía Política para Argentina (Eppa). Sin embargo, crecieron las importaciones. Desde un 2015 con compras al exterior de frutas de carozos y pepitas de poco más de 100 toneladas, se pasó a importar más de 4.000 en 2016, lo que representó un aumento del 3.460%.

Puertas cerradas
Esta situación tuvo un claro reflejo en el empleo. La productora de peras y manzanas Frutas NACE comenzó a despedir a una parte de su nómina de empleados y adelantó que cerrará las puertas de su establecimiento en Lamarque, provincia de Río Negro, dejando a unas 40 familias en la calle. Los directivos de la empresa denuncian presiones de los gremios, pero reconocen que la situación es insostenible. Se cuentan también en el sector despidos de Expofrut, por el levantamiento de hectáreas de frutales, y el cierre de la tomatera Canale, junto con la pérdida de fuentes de trabajo en otros galpones. El cierre de Canale en la localidad de Lamarque implicó el despido de 69 empleados.
Como contrapartida, creció la exportación de frutas que suelen ser consumidas por sectores de ingresos medios y medios-altos. Los arándanos tuvieron un aumento interanual absoluto de 2.100 toneladas y un porcentual del 15% y las cerezas un crecimiento de 1.400 toneladas y un porcentual del 70% respecto al período anterior, según cifras oficiales. Los principales destinos de exportación de la fruta argentina son Rusia, Brasil, España y Holanda; a los que se suman Italia, Estados Unidos, Alemania y Francia.
Los problemas no solo se concentran en territorio patagónico. Los aumentos en los insumos y en las tarifas de energía, sumados a los temporales, afectaron considerablemente la producción en todo el cordón hortícola. El legislador Gustavo Di Marzio (Bloque Peronismo para la Victoria) presentó un proyecto para que se aplique la emergencia en el área marplatense durante dos años. Solo en ese cordón hay al menos 3.000 hectáreas afectadas con pérdidas de distinta índole, que aún no pueden cuantificarse. Por su parte, en Jujuy los productores frutihortícolas se conformarán en cooperativas para obtener mejor financiamiento, bajar los costos y mejorar la calidad de sus productos, según fue confirmado desde el Ministerio de Desarrollo Económico y Producción provincial.

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