27 de febrero de 2019
Las cortes españolas están ubicadas en el corazón de Madrid, la capital del Reino de España. Mientras el presidente Pedro Sánchez sentía que su gobierno se desmoronaba porque no le votaban el Presupuesto, miles de turistas recorrían la ciudad sin siquiera saber que, cerquita del Museo del Prado, se jugaba algo más que los números de la economía. Días antes, en la plaza Colón, la derecha organizaba una manifestación para pedir la renuncia de Sánchez por ceder ante los reclamos de los independentistas catalanes.
En paralelo, el Poder Judicial continuaba con el juicio contra varios exministros del Gobierno que declaró la independencia por unos segundos y cuyo presidente, Carles Puigdemont, está en el exilio. El Gobierno le tendió una mano a los catalanes irritando a las derechas nacionalistas españolas que piden mano dura. Sin embargo, continuó con los juicios a los políticos detenidos, pese a las movilizaciones que piden por su libertad en Barcelona.
Desde la aparición de los «indignados» y las marchas independentistas en Cataluña, el Reino de España no logra estabilidad. En las elecciones de 2014 se rompió el bipartidismo –consolidado después del fin de la dictadura– con la sorpresiva aparición de Podemos como voz de diferentes movimientos sociales. En los últimos años Mariano Rajoy parecía firme en su presidencia y blindado de casos de corrupción hasta que una votación en 2018 lo mandó a su casa. Y en los recientes comicios de Andalucía apareció VOX, una fuerza de extrema derecha que en las generales convocadas para el 28 de abril podría lograr varios escaños. Mientras esto sucede, miles de turistas siguen caminando por la Gran Vía que lleva a la plaza Cibeles donde suele festejar el Real Madrid sus triunfos, sin darse cuenta de que están caminando en una tierra que tiembla.
*Desde Madrid