Testimonio vivo

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Fundada a principios de la década del 60, fue una de las entidades históricas que luego dieron origen al Banco Credicoop

 

A medidos de 1963, un grupo de vecinos de la localidad bonaerense de Villa Maipú (Partido de San Martín) decidió conformar una caja de crédito para la atención de las necesidades de préstamos y ahorro de los habitantes de la zona. Por entonces, el cooperativismo de crédito en Argentina vivía un período promisorio: había más de 1.000 cajas, nacidas gracias a la acción del Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos, cuyo papel fue determinante para fomentar su crecimiento. En ese marco y teniendo como antecedente el impacto social que había adquirido la Cooperativa Vecinal de Villa Maipú, Edilicia y Urbanística Limitada, luego de poner en marcha la pavimentación para gran parte del barrio, los vecinos resolvieron expandir esa presencia cooperativa en la zona a través de una caja de crédito. «Entendían que era una forma de resolver los problemas de la gente de la ciudad», afirma Néstor Callegari, uno de los asociados pioneros que formó parte de la Comisión Promotora que dio origen a lo que, tiempo después, sería la caja. Asimismo, durante entrevistas brindadas al Archivo Histórico del Cooperativismo de Crédito, los dirigentes que participaron de aquel momento fundacional destacan el acompañamiento y asesoramiento de la Cooperativa San Martín, que en ese momento tenía ya una década de existencia.
El 15 de diciembre de 1963, después de que la comisión de promoción logró reunir a un grupo de pequeños y medianos empresarios, instituciones sociales y emprendedores, y asesorados por el Instituto Movilizador, se llevó a cabo la asamblea constitutiva de la Caja de Crédito de Villa Maipú. De allí surgió un consejo de administración que tenía entre sus integrantes a Fajtel Pansowy como presidente, Alberto Lais como síndico y Julián Ostrovsky como uno de los vocales. Carlos Heller fue el primer gerente de la entidad. «En aquel consejo estaban los referentes más importantes de la Villa: el médico, el panadero, el farmacéutico, el ferretero, los directivos de la sociedad de fomento del barrio, de la cooperadora de la escuela, de la cooperativa de servicios públicos. Era toda la gente con vocación de servicio y con vocación de integrarse y, ante la falta de asistencia crediticia de los bancos tradicionales, se desarrollaban las cajas de crédito que crecían de manera exponencial», recordó Heller en ocasión del acto de celebración de los 50 años de la fundación de la entidad de crédito. Por su parte, Callegari –actual protesorero primero del Banco Credicoop– remarcó la labor y el compromiso de dirigentes como Julián Ostrovsky, quien sufrió la persecución de la dictadura de Carlos Onganía en 1966 cuando el régimen detuvo a más de una decena de referentes del movimiento cooperativo. En ese momento, Ostrovsky era el presidente del consejo de la cooperativa. Una vez establecido el consejo de administración, la tarea inicial consistió en encontrar una locación definitiva que sirviera como sede de la caja. Eso ocurrió en el mes de enero de 1964 cuando la Caja de Crédito de Villa Maipú se instaló en la calle Estrada 908. Tiempo después, el 3 de febrero se realizó la apertura al público de la entidad que llegaría a tener cerca de 5.000 cuentas. «Nuestra preocupación era la atención ágil y eficaz para toda persona que se acercara puesto que de ello dependía en gran parte la promoción de nuevos asociados», explicaba la primera Memoria de la cooperativa que, además de la tarea crediticia, se expandió en el barrio como una de las entidades culturales de mayor impacto a partir de las reuniones comunitarias (espectáculos musicales, kermeses, entre otras) que impulsaba la caja. «Lo solidario y lo comunitario han sido la base de la caja de crédito», sostuvo el presidente de la comisión de asociados de la filial Villa Maipú de Credicoop, Juan Francisco Oreja, durante los festejos por el medio siglo de la cooperativa de crédito.

 

Una prueba difícil
Los golpes militares de 1966 y 1976 significaron un severo ataque contra el movimiento cooperativo de crédito. Las disposiciones del Banco Central, primero, y el decreto-ley de Entidades Financieras luego representaron dos momentos donde se puso a prueba la capacidad de lucha del sector por mantener su actividad en la sociedad. Las cajas de crédito llegaron a captar entre el 10% y el 12% de los depósitos del sistema financiero de Argentina. Ese lugar fue, precisamente, el que las dictaduras de Onganía y después de la Junta militar, intentaron debilitar.
La Caja de Crédito de Villa Maipú no estuvo ajena a estos procesos y sufrió las consecuencias de las medidas oficiales que intentaban correr de la economía nacional al cooperativismo. «Fue un golpe muy fuerte para la caja. Ostrovsky, dirigente de la entidad, cayó preso en 1966. Sin embargo, hicimos un trabajo social muy importante. Les decíamos a los asociados que teníamos la solvencia para mantener la operatoria y los depósitos. Además, la dirección del Instituto, con dirigentes como Floreal Gorini y Heller mismo, dieron un resultado enorme», dice Callegari sobre el desafío que impuso aquella coyuntura a un movimiento que pudo sostenerse a partir del contacto con sus asociados, la visibilización del conflicto y la convicción de sus dirigentes, funcionarios y empleados en la defensa de los valores solidarios. «La historia cooperativa se escribió y se escribe con trabajo. Y el trabajo siempre está junto a la militancia. La prueba fehaciente de que esto es así es la permanencia de nuestra cooperativa. No había forma de resistir los ataques al movimiento sin la conciencia cooperativa, sin esta hermandad de trabajo y militancia», recordaba la actual gerente de la filial Villa Maipú de Credicoop, María Claudia Ieraci, en la ceremonia de los 50 años de la cooperativa bonaerense.
La dictadura de 1976 asestó otro duro golpe instaurando la Ley de Entidades Financieras. Tras una larga lucha del movimiento, fue aceptada la forma jurídica cooperativa como válida para intermediar en el sistema financiero. Sin embargo, las cajas tuvieron que transformarse en bancos cooperativos. Entre ellas, la Caja de Crédito de Villa Maipú fue una de las 44 entidades de la Ciudad de Buenos Aires, el Conurbano Bonaerense y La Plata que se unieron para dar nacimiento al Banco Credicoop el 19 de marzo de 1979. Villa Maipú cuenta en la actualidad con su filial de Credicoop, sucursal que debe su origen a la labor y convicción de aquellos dirigentes que decidieron fundar la Caja de Crédito de Villa Maipú. Con esos mismos valores de solidaridad y participación democrática la filial del banco continúa la senda marcada por la entidad creada a principios de la década del 60.

Maximiliano Senkiw

 

 

Buenos Aires, 1969

Nelson Giribaldi, Floreal Gorini, Amero Rusconi, David Rosmarin, León Schujman, Santiago Barberis y otros integrantes de la dirección del Instituto Movilizador en una de las tantas audiencias realizadas en el Banco Central a lo largo de la década del 60.
Los dirigentes buscaban una salida al ataque de la dictadura de Juan Carlos Onganía hacia el movimiento cooperativo de crédito.