28 de diciembre de 2017
Durante la dictadura de Alberto Fujimori, en la década de los 90, fueron esterilizadas masivamente miles de mujeres indígenas, bajo el alegado propósito de «cuidar su salud». El exdictador, indultado por el presidente peruano Pedro Pablo Kuczynski, días atrás, sumó con aquellas castraciones otro crimen aberrante a los genocidios, pero nunca se lo juzgó por esa decisión. Se calcula que en cinco años se esterilizó a 300.000 mujeres. Precisamente, en el Proyecto Quipu, que en quechua significa nudo y toma su nombre de un antiguo sistema inca de relatos, más de 150 mujeres grabaron sus testimonios por teléfono y las difundieron por Internet. Sus impulsoras fueron la peruana Rosemarie Lener y la chilena María Ignacia Court. «Este crimen quedó impune, solo se habla en elecciones del tema», advirtió Lerner. Fujimori apenas cumplió 8 de los 25 años de prisión que la justicia peruana le impuso por crímenes de lesa humanidad que no incluyeron el que quizás haya sido el crimen más atroz que se perpetró desde el Estado durante la tiranía fujimorista.
