Tortura

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En Chubut, la única provincia que reglamentó por ley la atención de los abortos no punibles, se le negó la realización de esta práctica a una mujer de 24 años cuya vida corría peligro, debido a la objeción de los anestesistas del Hospital Zonal de Trelew. El caso fue denunciado por la ginecóloga Stella Maris Manzano, quien aseguró, en diálogo con el diario Página/12, que «la vida de la chica corre peligro y no podemos dejar de asistirla en forma legal». Aunque finalmente las autoridades del hospital aseguraron que garantizarían la interrupción del embarazo, el caso puso en evidencia que «la objeción de conciencia es usada como una herramienta para impedir que las mujeres accedamos a nuestros derechos», como denunciaron las integrantes de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto. «Una vez más nos encontramos ante el doloroso hecho de profesionalxs de la salud que se niegan a garantizar el derecho de una mujer a un aborto legal, aun cuando continuar con el embarazo pone en peligro su vida. Condenan a la mujer priorizando sus propias creencias e impiden realizar la práctica u obligan a someter a la paciente a un procedimiento doloroso, lo que configura tortura», señalaron desde la organización.

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