Trascender los muros

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Con una concurrida jornada, el proyecto de talleres de expresión multidisciplinarios En los Bordes Andando celebró sus primeros cinco años. Oportunidad a través de la cultura.

 

Una oportunidad. La revista refleja el fruto de cinco años de labor del área de Políticas Culturales de la UBA en las cárceles. (Rubén Rótolo)

Están muy buenos estos espacios en los que uno puede tratar de pensar diferente, cambiar las actitudes, y todo esto porque alguien te dice: vos podés. Y eso hacen los talleres, fomentan la escritura, la lectura, el estudio, te abren otras puertas. Hay un montón de  personas  esperando ahí, una puertita, una mano, un abrazo, una palabra. Todos tenemos problemas, todos la pasamos mal en algún momento y en la desesperación algunos toman una decisión equivocada, otros no. Errar es humano, ¿no? Pero también es humano ayudar al otro. Está bueno fomentar eso porque es el futuro que nosotros les vamos a dejar a nuestros hijos». Las palabras son de Lidia Ríos, una de las protagonistas del documental La luna cautiva, y cuando dice «ahí» se refiere a la Unidad 31 del Centro Federal de Detención de Mujeres de Ezeiza, lugar donde cumplió su condena y donde tuvo a su hija Abril. Pero a Lidia no sólo le cambió su vida la experiencia de la reclusión o  la de la maternidad (ya tenía 4 hijos): también lo hizo el hecho de saberse, por vez primera, escritora. Esta historia, como las de otras tantas personas privadas de su libertad, comenzó con lo que en agosto de 2008 se presentó como un taller de lectura de dos meses para continuar hasta el día de hoy como un acontecimiento social  y cultural multidisciplinario.
Si bien hoy, en algunas cárceles, se desarrollan talleres de lectura, escritura, música, cine, fotografía, periodismo, esténcil y yoga, entre otras disciplinas, allá por 2008 estas prácticas no eran frecuentes en el sistema penitenciario nacional. Es por esa época que Luis Sanjurjo (licenciado en Ciencias de la Comunicación y docente de la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA), desde el área de Investigación sobre Políticas Culturales del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini, comenzó a coordinar el taller de lectura, pensamiento y expresión En los Bordes Andando (ELBA) en la mencionada Unidad 31. Experiencia que, tiempo después, se extendió a las Unidades 24 y 26 del Complejo Federal de Jóvenes Adultos de Marcos Paz.
Desde los inicios, surgió la necesidad de poder plasmar en algo tangible la tarea, fue así que nació la revista literaria ELBA, en la que, en cada número, los talleristas escriben textos sobre una temática en particular: el cuerpo, la memoria, el tango, el poder, entre otros. En el número 6, el tema elegido fue la justicia y, en concordancia con el quinto año de la publicación, la presentación devino en un festejo que se realizó en el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini (espacio donde también se realiza el taller de periodismo para internos con salidas transitorias educativas).  Entre los asistentes estuvieron los docentes Alejandro Dallochio (cine), Federico Giuliani, Ezequiel Requejo y Nicolás Franchesini (Proyecto Escuchame); Jimena Zeitune, Santiago Spigariol y Lucía Abreu (esténcil); y María Daniela Yaccar (periodismo); participantes de los talleres, el director del Servicio Penitenciario Federal, Alejandro Marambio, y un numeroso público de todas las edades.

 

Adentro, afuera
En el hall se exhibían los ejemplares de ELBA, cada uno con una tapa única, producto del taller de esténcil. También se regalaron CD, fruto del taller de música del Proyecto Escuchame, que además se podían oír en la sala Meyer Dubrovsky  mientras se proyectaban las imágenes de las portadas en una pantalla. Carolina Iannuzzi aportó su humor con una pequeña performance de stand up (trabajo que desarrolla en  un taller de teatro en la unidad 46 de José León Suárez). Y fue ahí cuando, ya todos sentados (algunos en el piso debido a la gran cantidad de público), se hizo un saludo formal. Marambio destacó: «La idea es seguir incorporando actividades desde adentro hacia el afuera y desde el afuera hacia adentro,  para poder transparentar un poquito más ese espacio y abrir la cárcel lo más posible». Luego se proyectó un corto como muestra del taller de cine, y llegó la hora de la lectura de los textos. Lectura emocionante y emocionada por parte de sus autores y escritos de sus compañeros que no pudieron estar presentes, textos que hablan de la justicia y expresan una realidad que trasciende muros y rejas. A modo de cierre, Sanjurjo manifestó: «Es muy importante poder generar canales de intercambio y de comunicación, porque siempre vale la pena construir puentes, siempre vale la pena recuperar la voz, siempre vale la pena decir y contar nuestros sueños, nuestras alegrías y nuestros dramas. Es un humilde aporte el que nosotros hacemos, y lo hacemos con la esperanza de que puedan recibirlo y que puedan entender lo valioso que es para todos».

Jorge Freidemberg

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