21 de junio de 2018
«Mantenemos a las familias juntas, pero a la vez mantenemos la frontera fuerte», dijo Donald Trump, presidente de Estados Unidos, al firmar el decreto para poner fin a la separación de familias de inmigrantes en la frontera con México que, no obstante, mantiene la política de perseguir por la vía criminal a todo el que entre ilegalmente. Lo que hace el decreto es permitir que los niños permanezcan con los padres detenidos, quedando todos bajo custodia del Departamento de Seguridad Nacional. Es decir, los niños permanecerán encerrados con sus padres. Cerca de 2.300 menores –según cifras oficiales– fueron separados desde el 19 de abril de sus progenitores, procesados estos con cargos criminales y enviados a centros carcelarios. A partir de ahora, los niños solo serán separados de sus padres cuando el Departamento de Seguridad Nacional considere que estar con ellos puede suponer un riesgo para el bienestar de los menores.