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Un sector con impulso

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La producción de motos en los últimos años logró recomponer su mercado, integrar componentes locales y poseer mayor estabilidad que la automotriz.

 

Mayor integración. En la actualidad el 82% de las unidades vendidas son nacionales. (Gentileza Corven Motors Argentina S.A.)

La producción nacional de motovehículos se remonta a 1952, con la construcción de las incipientes 20 unidades de la Puma, un vehículo de 98 centímetros cúbicos. Desde entonces esta industria tuvo sus vaivenes y en los últimos años comenzó un nuevo despegue con un alto porcentaje de integración local. La recuperación de la actividad y el incremento en las ventas de motos en el interior del país permitió la creación en la última década de unas 220.000 pequeñas y medianas empresas proveedoras de partes que abastecen a las 21 fábricas que existen en el territorio, de acuerdo con datos de las cámaras de fabricantes de motopartes. El sector evidencia una importante concentración de los negocios, sin embargo tiende a revertirse. La serie original de las primeras 20 motos constaba de 2.309 piezas y estaba propulsada por un motor Sachs de dos tiempos, 98 centímetros cúbicos (cc), dos velocidades –la característica inconfundible era la palanca de cambios en el tanque–, arranque con pedales duales como los de las bicicletas, freno trasero contra pedal y rodado 26. La producción inicial fue de 10.000 unidades y, hasta 1966, se fabricaron más de 100.000.
El crecimiento del sector de motocicletas hizo posible promover la integración de un número cada vez mayor de partes y componentes nacionales en las unidades fabricadas. La clave era desconcentrar el mercado. «En 2007 el 75% de las motos provenían de China. En cambio hoy las motocicletas fabricadas localmente representan el 82% del consumo», explicaron desde el Ministerio de Economía. De esta manera, en 2013 se registró la venta de 850.000 unidades, contra las 35.000 registradas en 2003. La creciente nacionalización de partes permitió generar anualmente entre 120 y 200 puestos de trabajo. El objetivo es alcanzar el año próximo la fabricación local de 700.000 unidades.

La cadena
Entre las marcas que se producen en el país –en su mayoría medianas pese a la concentración de los negocios en marcas extranjeras–, se encuentran, en el área metropolitana, Akan, Beta Motor, Famsa, Gilera, Honda, Auki, Lucky Lion, Mar Maquinaria, Marwen y Yamaha. En Córdoba funcionan Automotores Cerro, Appia Motor Argentina, Dragon, Keller y Okinoi. Ghiggeri está ubicada en Resistencia, Guerrero en Rosario, Maverick en San Juan, Motomel en San Nicolás y Corven en Venado Tuerto, mientras que la histórica Zanella cuenta con plantas en el Gran Buenos Aires, Córdoba y San Luis. Esas marcas constituyeron una mesa sectorial con más 70 empresas potencialmente proveedoras para determinar una integración de partes locales al 30% en las motos de 125 cc o menos.
Con el objetivo de incentivar la producción local el Gobierno dispuso de dos leyes específicas: la de Producción e Integración Nacional y la de Comercialización. Estas normas abrieron un panorama alentador para que esta industria pueda desarrollarse de forma sustentable, en un mercado que ha dejado de ser récord pero que aún conserva buenas posibilidades de consolidarse en niveles igualmente importantes. En el primer caso se limitó la importación de unidades con una cilindrada inferior a los 125 cc, al que estableció una integración mínima de 30% sobre la facturación de modelos y una nueva meta de integración equivalente al 15% para modelos de entre 125  y 160 cc.
Por otra parte se convino que las terminales emitirán órdenes de compra con tres meses en firme más dos meses de proyectado. El objetivo es, además de aumentar la integración de partes locales, evitar la migración de las terminales hacia modelos de mayor cilindrada, cuya facturación no se contemplaba hasta ahora en el cálculo de integración. A fin de año  se espera poder consolidar la integración en un 30% de la facturación de todos los modelos de hasta 160 cc, según datos de la Cámara de Fabricantes de Motovehículos (CAFAM).
En esta integración se gestaron las condiciones para la creación de 220.000 pequeñas y medianas industrias que abastecen y producen para el sector, con la proyección de incrementar significativamente ese número. El financiamiento subsidiado para el sector apuntala esta tendencia. «Estamos ante un gran impulso que recupera una importante herramienta de financiamiento para gran parte del mercado», explicó Diego Dinitz, presidente de la Asociación Argentina de Motovehículos (Mottos).
De esta manera, marcas de producción nacional como Motomel, Guerrero y Corven Energy –que se mantienen debajo de la japonesa Honda– lograron superar en ventas a otras marcas internacionales y se ubican en el podio de las más vendidas en el segmento de 110 cc. Estas empresas y sus proveedoras están comenzando a mirar al mercado regional. «La Argentina puede ofrecer material de reposición tanto para el mercado local como latinoamericano», explicaron desde el Ministerio de Economía. Una de las empresas líderes en el mercado argentino, Zanella, puso en marcha un plan exportador para equiparar sus importaciones, diversificando su cartera de productos.

Cristian Carrillo

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